Acerca de..

Daniel Afanador en Boston, Massachusets. Año 2012.
Hola, soy Daniel y escribo este blog desde que tengo 18 años (hoy más de 30). Tal vez me recuerden por artículos como ‘el mundo color de rosa de las Startups, ‘Crisis en Grecia: qué podemos aprendery ‘el costo Brasil y por qué Brasil es tan caro.

Antes de continuar, quisiera aclarar que la primera versión de este Acerca De data del año 2013. Hay cosas que hoy diría de otra forma, otras que no diría y otras en que sigo pensando igual. Con excepción de las fechas y eventos más recientes, casi todo se mantiene tal como fue escrito. Esto para dejar un registro de cómo pensaba yo en algún momento de mi vida.

Me gusta escribir en Internet. Estudié comunicación social y periodismo en la universidad, y en 2016 terminé una maestría en comunicación gracias una investigación académica que hice sobre los discursos del consumo propuestos por los blogs de viajes, sobre toda esa gente que dice vivir viajando, siendo nómadas digitales, etc.

Por si les interesa saberlo, nací en Bogotá, Colombia, en abril de 1990, pero ahora vivo en Sao Paulo, Brasil.

Este blog lo actualizo de una a dos veces por mes y lo tengo desde el año 2008, año en el que entré a estudiar a la universidad y época desde la que empezaron a pasar muchas cosas. Si quieren que les cuente una parte de mi historia, lean esta página hasta el final. 

Pero antes, aprovecho para aclarar que mirincon.co es un blog personal queal igual que Seinfeld, no trata sobre nada. Aquí escribo sobre lo que sea que se me antoje, aunque siempre con la intención de entregar contenidos de alta calidad que sean de agrado para quienes me leen. Más recientemente categoricé todo el contenido aquí publicado en 4 grandes categorías: sociedad, internet y tecnología, Brasil y viajes, temas dentro de los cuales puede haber otras categorías más específicas.


Este blog estuve a punto de abandonarlo más de una vez porque «no tenía tiempo y estaba muy ocupado». Me di cuenta de que eran solo excusas que yo me ponía cada vez que ve que no iba a poder publicar algo nuevo. Hoy por hoy tengo el compromiso conmigo mismo de escribir de una a dos veces por mes.

Tal vez los desanime saber que con este blog no gano un solo centavo apenas me gané mis primeros dólares hasta 2014 (si ven un post patrocinado como este u otros no patrocinados como este, échenle una mirada y estarán contribuyendo para que este blog siga existiendo). Sin embargo, a pesar de haber ganado poco hasta ahora, me consiguió mi primer trabajo cuando me gradué de la universidad, LG me regaló el monitor más delgado del mundo gracias a él, me gané un premio por mejor trabajo en prensa digital que me entregó la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Sabana, y en 2013 marcas como Motorola, Spotify, el Social Media Week y el WebCongress me empezaron a invitar a sus eventos de lanzamiento en Colombia tener en cuenta como alguien «influyente».

Ricardo Galán entregando el premio a mejor trabajo para prensa digital de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Sabana

Ricardo Galán de Libreta de Apuntes anunciando el premio para mejor trabajo en Prensa Digital entregado por la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Sabana por este blog que están leyendo, 2012.

¿Por qué escribo? Me gusta compartir mi conocimiento y enseñarle cosas nuevas a la gente. Sé que puedo influir en el comportamiento, las decisiones y los hábitos de consumo de otras personas, y esto no hubiera sido posible sin Internet.

Ahora sí, una parte de mi historia

Antes que nada, quiero que sepan que me encanta viajar y conocer otras culturas. Por otro lado, creo que viajar es el nuevo sueño consumista. Se cuestiona el hecho de acumular cosas materiales, pero nadie cuestiona la acumulación de cosas no materiales, como viajes. Tuve la fortuna de vivir en Washington, DC, la mejor ciudad que he conocido, donde coincidí con algunas de las personas más admirables que han pasado por mi vida y donde tuve una experiencia increíble al hacer una pasantía en la OEA.

En este momento tengo la suerte de vivir en Sao Paulo, el centro financiero más importante de América Latina. Si quieren saber cómo llegué hasta estos lugares, por qué me gusta viajar y qué tiene que ver eso con mi blog, sigan leyendo.

Daniel Afanador en Belo Horizonte durante la Copa de Brasil 2014
Belo Horizonte – Brasil, 2014
 

En junio de 2006 tuve la posibilidad de ir al mundial de Alemania. Conocí Berlín y Frankfurt. 4 años antes, yo les había propuesto a mis padres un trato: yo me voy a ir caminando al colegio, y lo que debería ser para pagar el transporte desde la casa, lo iba a ahorrar para viajar 4 años después a Alemania. Y así fue, a los 16 años, junto con mi tío y mis 2 primos, cumplimos ese sueño de estar en un mundial. 

Aprovecho para decir que siendo tan joven yo hacía de traductor, pues como ninguno de nosotros hablaba alemán, yo era el único que podía hablar por todos en inglés y que nos entendieran algo. Hasta ese momento, Berlín era la mejor ciudad que había conocido. Creo que no estuve más de 4 días, ni sabía hablar el idioma, pero quería quedarme a vivir allá.

De nuevo en Colombia, y durante año y medio antes de entrar a la universidad, me propuse que algún día viviría en Berlín. Desde ya les digo que ese sueño ha ido cambiando, y que dudo mucho algún día vivir en Alemania, pero el punto es que esa experiencia me cambió la forma de ver el mundo y darme cuenta de que hay mucho más allá de Bogotá y de Colombia. 

Pasaron varios años y yo seguía con mis planes de algún día vivir en Alemania. El primer revés que sufrió mi sueño fue cuando entré a la universidad en 2008. Como yo ya hablaba inglés, me daban la oportunidad de aprender una tercera lengua, pero no había alemán. A regañadientes aprendí francés, y la verdad es que lo disfruté. Así que mis planes ya no eran necesariamente vivir en Alemania, sino tal vez en París. Estudié francés durante 2 años y medio.

Tres películas que influyeron en mí forma de ver el mundo en ese momento fueron L’auberge espagnole (una casa de locos en español: trailer de arriba), Road Trip y Eurotrip

Como ya tenía muy claro lo que quería, 1 año antes de salir a prácticas profesionales por la universidad, me propuse otra cosa: quiero hacer mi práctica por fuera del país. Yo había estudiado comunicación social y periodismo. Podía trabajar en el área de comunicaciones de cualquier organización, y a mí me gustaba la comunicación política, pero estaba dispuesto a hacer la práctica en cualquier tipo de empresa, siempre y cuando fuera en un país en el que hablaran francés. De hecho me acuerdo de mí, en mayo de 2011, varios sábados por la noche enviando correos en francés a empresas en Bélgica, ofreciéndome para trabajar con ellos. Pero como lo que más me gustaba era la comunicación política, terminé enterándome de que el Parlamento Europeo, con sede en Bruselas, tenía un programa de pasantías al que apliqué. Por esa misma época, una muy buena amiga mía que había estado en Washington me habló del programa de pasantías de la OEA. Me preguntó por qué no aplicaba. Aunque no sabía nada de Washington, terminé aplicando también.

Pasaron varios meses, y en noviembre de 2011 yo seguía sin tener una respuesta del Parlamento Europeo o de la OEA. Las empresas a las que había escrito las había descartado por completo porque ninguna estaba en condiciones para aceptar un practicante de otro país, según me explicaron. En esa época pasó por mi cabeza el siguiente pensamiento: 

«no salió nada. Me voy a tener que quedar en Bogotá, me voy a graduar, y el resto de mi vida lo voy a hacer en Colombia trabajando no sé en qué». Fue un sentimiento de angustia conmigo mismo.

Pero algo inesperado pasó la semana siguiente: en el año 2011, mi universidad me había escogido para ir a Quito, Ecuador, como representante de un grupo de investigación en el que participé 1 año antes. Tenía que ir a hablar del trabajo que habíamos hecho sobre una investigación de cultura política en la ciudad de Bogotá en el año 2010.

Visita de estudiantes de la Universidad de La Sabana a Quito, Ecuador, en 2011.
 

Ir a Quito, conocer la mitad del mundo, hacer grandes amigos (imagen de arriba) y compartir con personas que estudiaban conmigo, pero con las que nunca me había tratado, me hizo dar cuenta de que mi futuro no tenía por qué estar necesariamente en Colombia. Podía estar en cualquier otro lugar del mundo donde la pudiera pasar tan bien como en Quito, o Alemania varios años atrás. Lo importante era la gente que iba a conocer.

De nuevo en Colombia, acabé materias en la universidad y ahora debía buscar práctica, pues al final nada de lo que me propuse salió. Yo no tenía la culpa. Había dado lo mejor de mí, pero había decisiones que eran tomadas por otros, y a lo mejor había mejores candidatos que yo. En diciembre de 2011, mientras todos mis amigos ya habían entrado a trabajar a alguna empresa para hacer su práctica, yo me levantaba al medio día a no hacer nada. Eran mis últimas vacaciones mientras estuviera en la universidad, y las estaba aprovechando a mi manera.

Un día me levanté, y cuando abrí mi correo me habían escrito del Parlamento Europeo, notificándome que había sido aceptado en la pasantía, para las oficinas de Luxemburgo (no de Bruselas). Debía presentarme en menos de 1 mes. Estaba muy contento.

Luxemburgo es un país muy pequeño entre Francia y Alemania de 500.000 habitantes. Por esa razón ni siquiera tenían embajada en Bogotá. ¿Cómo se suponía entonces que iba a sacar la visa para viajar? Pues, bueno, al menos el trámite se podía hacer en la Embajada de Bélgica, lugar en el que sentí por primera vez lo que es ser colombiano en el exterior (y eso que estaba en Bogotá). No le importamos a nadie y no están dispuestos a ayudarnos, y a la final por cuestiones burocráticas no pude obtener mi visa.

Pero justo cuando eso pasó, mediados de diciembre de 2011, recibí en mi casa una llamada de la OEA desde Washington en la que me preguntaban si quería ir a hacer la práctica con ellos. Acepté, y en enero de 2012 estaba cumpliendo lo que 1 año antes me propuse: hacer mi práctica profesional por fuera del país. 

En Washington viví por primera vez solo y lejos de mi familia, conocí gente de todo el mundo, fui a Nueva York, Baltimore y Boston, donde conocí a Noam Chomsky en persona en el MIT (jejeje). Gracias a todo esto cambié, una vez más, la forma de ver lo que quería para mi futuro. De nuevo reafirmé que hay mucho más allá de Bogotá y de Colombia

Desde entonces comencé a planear mi siguiente salto: estudiar una maestría afuera del país. ¿Mis planes? Estados Unidos o Brasil. La idea de la maestría no es porque quiera acumular títulos para mi hoja de vida porque crea que eso me va a conseguir trabajo, sino porque planeo algún día dar clase en la universidad, e infelizmente para tener estabilidad en el mundo académico eso es lo mínimo que piden. Ahh…¡y porque me gusta la investigación y la educación!

Daniel Afanador en Washington, DC, en 2012.
Washington, DC, 2012

Daniel Afanador en el Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington, DC, en 2012.

 Fondo Monetario Internacional, Washington, DC, 2012

Daniel Afanador con sus amigos en Nueva York en 2012.
Nueva York, 2012

Daniel Afanador con Noam Chomsky en el MIT en Boston en 2012.
Noam Chomsky – MIT – Boston, 2012

Una vez en Colombia, en agosto de 2012, me gradué y conseguí trabajo en una agencia de publicidad. Yo manejaba las cuentas como Community Manager de Bridgestone Colombia y era Blogger para Agua Brisa de Coca-Cola. Pagaban bien para no tener experiencia, pero había algo que no me gustaba: todos los días desde que entraba a esa oficina no podía dejar de pensar en que estaba haciendo algo que no me gustaba. Ahí me pregunté: ¿fui 4 años a la universidad para tener un trabajo que no me gusta?, ¿toda mi vida en adelante va a ser así? ¿voy a trabajar de 9 a 6 de lunes a viernes, para tener solo unos momentos de ocio los fines de semana?

El último día del mes de enero en 2013 me despidieron de ese trabajo. Aunque no me gustaba, me dolió porque, además de que iba a dejar de tener ingresos fijos durante un tiempo, la única razón que me dieron era que «yo costaba mucho» y no habían podido conseguir más clientes para que yo tuviera más trabajo. Pero, a los ojos de hoy, creo que es lo mejor que me pudo haber pasado, pues a la semana siguiente ya estaba trabajando en A Un Click Colombia, una agencia de SEO y diseño web más pequeña que había sido fundada por 3 amigos míos.

Para entonces trabajábamos en el comedor de una casa. El ambiente era muy agradable, y aprendí mucho, sobre todo de SEO, buscadores, manejo de clientes y otras cosas que no enseñan en la universidad (de esa experiencia hablé aquí).

Durante todo 2013 pude enfocarme en aprender portugués, pues si quería ser aceptado por una universidad en Brasil, debía ser lo suficientemente fluente para presentar pruebas, entrevista y redactar un proyecto de investigación, todo en portugués. Estados Unidos lo descarté porque económicamente era inviable.

Para noviembre de 2013, mis planes eran estar en Brasil a comienzos de 2014. Sin embargo, todavía no tenía nada seguro. Había aplicado a 3 becas en 1 año y ninguna salió. Ahí todavía no sabía que la cuarta iba a ser la vencida unos meses después. En enero de 2014, me bajé de un avión en la ciudad más grande de América Latina, hablando con fluencia un idioma que 1 año antes apenas había escuchado un par de veces.

Y desde entonces estoy en Sao Paulo. Entre 2014 y 2016 hice una maestría en comunicación, e hice una investigación sobre el discurso del consumo presente en los blogs de viajes. Entre 2015 y 2016 estuve 1 año trabajando en Facebook Brasil y desde 2016 trabajo en Adglow, uno de los mayores Facebook Marketing Partners, un programa de empresas de tecnología impulsado por Facebook para ayudar a sus mayores anunciantes. De ahí mi interés a hablar sobre Facebook con bastante frecuencia.

Ha sido un camino largo, en el que he conocido gente de todo el mundo, y en el que he demostrado que todo lo que me he propuesto lo he conseguido, aunque siempre con el apoyo de mi familia y personas que me han servido de modelo a seguir. Tomé esa idea que a los 16 años se me metió en la cabeza de algún día vivir en Berlín y durante varios años la transformé en algo que pudiera ser posible según mis posibilidades de cada momento.

En los últimos años conocí Berlín, Praga, Budapest, Dresden, Quito, Washington, Nueva York, Baltimore, Boston, Sao Paulo, Brasilia, Belo Horizonte, Fortaleza, Buenos Aires, Santiago, Madrid y en todas estuve con personas que nunca olvidaré.

En marzo de 2016 presenté mi tesis, que fue aprobada, y recibí mi título como Mestre (Magíster en español) en Ciencias de la Comunicación. Pueden leer un post sobre esto aquí

En 2019 volví a Berlín después de 13 años. Hoy creo que me iría a vivir allá sin pensarlo dos veces. Ahora tengo un tatuaje de Berlín debajo de la clavícula izquierda. Fuera de todo esto, veo difícil salir de Brasil en el corto plazo. Este país me ha dado mucho y creo que todavía puedo conseguir mucho más. Colombia no está en mis planes por ahora. Novedades en breve…

Daniel Afanador en Rio de Janeiro en 2014.

El mundo es demasiado grande y mi ciudad, demasiado pequeña, como para quedarme aquí para siempre:

Daniel Afanador

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