A una empresa como Comcel ni siquiera el cambio de nombre le cayó bien. Hicieron lo mismo con Telmex y más bajo no pudo caer, con mala atención al cliente y pésimo servicio. En menos de 20 años, una de las empresas más queridas por los colombianos, como lo era TV Cable, pasó a ser parte de uno de los grupos empresariales más odiados del continente, el de las empresas que pertenecen a Carlos Slim. Antes de su cambio de nombre, Claro quitó del paquete básico de televisión los canales de noticias internacionales, DW-TV, TV5 y BBC, reemplazándolos con canales de películas que nadie ve. Ya teníamos suficientes. Además, no fueron capaces de renovar el contrato con la Dimayor para las transmisiones del Fútbol Profesional Colombiano, que terminaron reemplazando con partidos de microfútbol que, en serio, igual que los canales de películas, nadie ve.
Y si así están las cosas en televisión, no pueden estar peor en telefonía móvil. Claro ofrece en este campo los peores servicios y sus mediocres esfuerzos de atención al cliente no llevan a ningún lado. Ningún asesor de call center o Community Manager dispuesto a dar una mano va a hacer que crezcan antenas de la tierra para que tengan la infraestructura que nunca han tenido, porque, no sobra aclararlo, las llamadas no salen, se caen o toda la red se congestiona cuando hay grandes grupos de personas reunidas. Ese es, desgraciadamente, el pan de cada día de los que trabajan en los servicios de atención al cliente de Claro, que cada mes recibe 446 quejas por cada millón de usuarios, ubicándola como la empresa de telefonía celular que más quejas recibe en el país.
Y a uno no le cabe en la cabeza cómo es que las llamadas se caigan o el Internet móvil no le funcione a una de las empresas del personaje más cochinamente rico del mundo. ¿Le será muy difícil sacar plata de su bolsillo para mantener contentos a sus 30 millones de usuarios? Número del que sacaban pecho cuando los dejaron por fuera de la licitación del 4G. Parece que sí, y enhorabuena el Gobierno los sacó del proceso, con el que también se querían quedar para terminar de consolidar su monopolio como lo lograron en México.
Soy usuario de Claro desde que compré mi primer celular hace más de 5 años. Desde entonces, siendo consciente de lo mediocre que era el servicio, siempre me quedaba al final porque al vencer el contrato me ofrecían un teléfono mejor del que ya tenía. El año pasado no fue la excepción y pasé de tener un Motorola Rockr E2 a contar con un Galaxy SII. Ya al día con un celular decente, nuestros amigos de Comcel ni siquiera eran capaces de tener el Software actualizado de los celulares que vendían.
La historia es así: en diciembre de 2011 recién aparecía Android 4.0, que llegaba junto al Galaxy Nexus, pero solo hasta el primer trimestre del año siguiente fue liberado para varios modelos de celular en todo el mundo la entonces versión más reciente del sistema operativo de Google, entre esos el GSII (el mío). Sin embargo, no fue hasta agosto aproximadamente que llegaría a Colombia. Mientras, yo seguía con la versión 2.3, aun cuando Tigo y Movistar ya ofrecían la actualización. Al final fue Samsung, gracias a su excelente atención al cliente, que envió a mi lugar de trabajo a uno de sus técnicos para realizar la actualización de forma manual, porque la de Claro nunca llegó a mi teléfono. Al final pasaron más de 10 meses desde el lanzamiento de Android 4.0 ICS hasta que llegó a mi terminal.
He hablado con mucha gente que se queja de lo mismo que yo, pero muchos no hacen nada al respecto. Si no les gusta un servicio, cámbiense a otro o quéjense con quien corresponda. Esa es la única manera de conseguir un cambio real.
He hablado con mucha gente que se queja de lo mismo que yo, pero muchos no hacen nada al respecto. Si no les gusta un servicio, cámbiense a otro o quéjense con quien corresponda. Esa es la única manera de conseguir un cambio real.
Así las cosas, y después de que el último celular me lo hubieran dado sin las bandas abiertas, contrario a lo que la ley colombiana exige, opté por despedirme de Claro. Decidí finalmente instalar Directv en casa para volver a ver el fútbol colombiano y aún estoy considerando cuál es el mejor operador que ofrezca Internet móvil y al que las llamadas no se le caigan. A estas alturas sé que cualquiera entre la competencia es mejor. En este momento, gracias al derecho que tengo a usar la portabilidad numérica, me salí de Claro, conservando mi número, y ahora tengo un plan prepago con Uff!; y creo que me voy a ir con Virgin Mobile apenas llegue al país.
Cambia el fondo del blog se hace muy dificil y agotador leer
Te agradezco por la recomendación. No era la primera vez que la recibía así que decidí hacer un cambio. Espero que así se lea mucho mejor. Un saludo!