Hablar sobre Kurt Cobain debería ser considerado un sacrilegio. Nada de lo que se escriba, ni siquiera el texto que van a leer a continuación, logra explicar con precisión lo grande que llegó a ser Smells Like Teen Spirit ni todo lo que vino detrás de Nevermind, el álbum que consagraría a Nirvana y a Kurt Cobain en 1991. Quizás no lo sepan, pero tras su muerte en 1994, la industria discográfica estaba desesperada por encontrar a la próxima gran banda. Y aunque ninguna de las bandas que vino después llegó a ocupar el lugar de Nirvana, lo cierto es que el futuro de lo que las generaciones de los nacidos en los 80 y 90 vendrían a conocer más adelante estuvo marcado por el legado que dejó la muerte de Kurt Cobain.
 
Yo tenía 4 años y mis recuerdos son muy difusos, pero me acuerdo de menciones de Nirvana, afiches de la banda y de crecer con la idea del suicidio, sin entender muy bien por qué alguien haría eso. En ese mismo año, gústenos o no, había una banda que parecía estar en el momento y el lugar perfectos. Esa banda era Green Day, que con el lanzamiento de Dookie, vendría a abrirles las puertas a muchas bandas de Punk-Rock, Hardcore, Emo e Indie en los años siguientes. Si bien no se trataba de la primera producción de Green Day, y el Punk no se lo inventaron ellos, sí que se trataba de esa banda que la industria discográfica tanto estaba buscando en esa época. Tras encontrarla, en su primera semana, Dookie vendió 9.000 discos. Para 2014, esa cifra ascendería a los 21 millones.

Parte I: Green Day

Green Day, que había venido de lanzar en 1991 dos álbumes con Lookout Records – un sello independiente – había crecido mucho más que cualquier otra banda californiana en esa época y llamó la atención de Reprise, uno de los sellos de Warner Music. Con el salto, Green Day lanzó varios sencillos y vídeos como Longview, Basket Case y When I Come Around, que llegarían a MTV y hasta ser comentados por Beavis & Butthead, una de las series animadas más icónicas de la cadena. Green Day llegaría también a participar del festival de Woodstock de 1994. Con esto, otras bandas más desconocidas para la época como lo eran Bad Religion o The Offspring, que ya existían hacía años, ganaron visibilidad gracias a la explosión musical que empezaba en ese momento.
 
Esta historia es contada en el libro Sellout, escrito por Dan Ozzi, y cuenta lo que vendría pasar de 1994 hasta finales de los años 2000 y cómo muchas bandas se dieron a conocer gracias al éxito de Green Day. Blink-182, Rise Against y Jimmy Eat World, por ejemplo, fueron algunas de las que llegaron lejos, mientras que hubo otras que murieron en el camino, como Jawbreaker, que – confieso – yo no conocía, pero que llegó a tocar, abriéndole conciertos a Nirvana y que sería precursora de lo que después se vendría a conocer como Emo, casi una década antes de que el término se popularizara. No tuvieron éxito, entre otras razones, porque ellos les aseguraron a sus fans en esa época que nunca se iban a vender. Y se vendieron.
 
El debate sobre venderse era algo que se daba detrás de cámaras entre los fans de lo que era la música underground de la época. Había fans que eran totalmente contra a que una banda se fuera con un sello grande, como sucedió con Green Day, y cuando eso pasaba le daban la espalda, que fue lo que sucedió con Jawbreaker, que cometió el error de decir algo a sus fans y hacer exactamente lo contrario. Ya otras bandas como Jimmy Eat World, que ni siquiera tenían una base de fans muy grande, a nadie le importó cuando los vinieron a buscar de las grandes ligas.
 
Esto fue lo que pasó de 1994 en adelante: bandas desconocidas de la costa oeste de los Estados Unidos, Chicago o Nueva York eran descubiertas por algún agente que estaba dispuesto a invertir mucho dinero a cambio de vender discos. Esto implica tener una mejor producción, acceso a giras, promoción, vídeos musicales, invitaciones, etc. Blink-182 sería otro ejemplo de esto. Tras haber grabado Cheshire Cat, su primer álbum, con un sello independiente (Cargo Music), serían descubiertos por MCA Records, que los llevaría a otro nivel que nunca hubieran alcanzado por cuenta propia. Y eso se nota en el sonido antes y después de, que era lo que muchos fans reclamaban: cuando una banda se vendía su sonido cambiaba. Ahora era  un sonido mucho más comercial.
 
Para tener un nuevo sonido, Blink-182 expulsó a Scott Raynor, su primer baterista. Aunque tres décadas después los motivos de su salida no están del todo claros, se dice que fue por problemas de alcoholismo y de convivencia con Mark y con Tom, los otros dos miembros de la banda. Raynor tenía una personalidad muy diferente a ellos y realmente no era tan bueno en la batería como lo vendría a demostrar Travis, quien estaba de gira con ellos, y que se aprendió todas las canciones en 45 minutos antes de un show cuando todavía tocaba para The Aquabats.
 
Greg Graffin, el vocalista de Bad Religion, que a propósito también es Doctor en paleontología evolutiva en la Universidad de Cornell, tiene una teoría muy interesante sobre cómo la música y la evolución de las especies se parecen. En su libro Anarchy Evolution: Faith, Science, and Bad Religion in a World Without God, Graffin cuenta que la música que escuchamos hoy es la evolución de todo lo que hubo antes en algún momento. Ni Nirvana se inventó el Grunge ni Green Day se inventó el Punk-Rock. Ambas bandas se inspiraron en otros sonidos que hubo antes. Si no lo hubieran hecho, muy probablemente hubieran contribuido a que tanto el Grunge como el Punk-Rock dejaran de existir, igual a cuando una especie se extingue.
 
Lo que Graffin quería decir era que tanto las especies como los géneros musicales cargan el linaje de todo lo que hubo antes para llegar a una pieza única: en biología serían los genes y en la música serían los sonidos.

Parte II: My Chemical Romance

Saltándonos algunos años, una década más tarde, en 2004 la industria nunca dejó de estar sedienta por encontrar nuevos sonidos, pero tras el cambio de siglo algunas cosas habían cambiado. La venta de discos físicos empezaba a desplomarse, surgía el formato MP3 y Napster creaba un nuevo canal de distribución. Las primeras redes sociales de las que se agarraron las bandas de la época serían MySpace y PureVolume, que permitían a las bandas estar en contacto directo con sus fans, saltándose al intermediario de las disqueras y los equipos de relaciones públicas.
 
Y al igual que Green Day, ahora la banda que se encontraba en el lugar y en el momento perfectos era My Chemical Romance, que – de nuevo – gústenos o no, supo capitalizar lo que se vendría a conocer como Emo. My Chemical Romance creció usando estas plataformas. En el libro de Ozzi se menciona que – cuando lanzaron Three Cheers for Sweet Revenge – se basaron en los números de las canciones más escuchadas en estas plataformas para decidir qué vídeos debían grabar.
 
Algo más que My Chemical Romance también supo hacer fue que en esa época nadie hablaba de salud mental y emociones. Ellos supieron transformar esto en letras de canciones mejor que nadie y llevarlo a toda una generación que hasta hoy escucha canciones como I’m not OK, Helena o Ghost of You.

When I was a young boy
My father took me into the city
To see a marching band
He said: Son, when you grow up
Would you be the savior of the broken
The beaten and the damned?

Welcome to the Black Parade
My Chemical Romance (2006)

En 2006, My Chemical Romance lanzó Welcome to the Black Parade, que vendría a ser un himno para una generación que recién se estaba iniciando musicalmente, y que no había tenido la oportunidad de presenciar el fin de Nirvana ni la explosión de Green Day a comienzos de los 90. 2006 sería también el año en que nació YouTube, MySpace estaba por desaparecer y de repente todo había cambiado. Los discos compactos se habían dejado de vender, y en cambio ahora las personas compraban canciones individuales en iTunes por $1 dólar. Esto vendría seguido de otras innovaciones como Spotify y la casi muerte de MTV, que pasó de emitir vídeos musicales, que tanta popularidad les había dado a todas estas bandas, a pasar reality shows de madres jóvenes. Beavis & Butthead, que comentaban vídeos musicales al frente de la televisión, habían dejado de existir hacía años.

Parte III (?)

Con todo lo que pasó, la forma como descubríamos música desde finales de los 80 con Nirvana había cambiado por completo. En su momento eran canciones que pasaban por radio o por MTV y que las personas grababan para escuchar después, o copias de CDs y casetes que las personas se rotaban entre sí porque conseguir el original era simplemente imposible. Llegó a ser interesante ese momento entre Napster y MySpace, que era posible descubrir música nueva de forma casual, porque – para el caso de Napster – uno podía tener acceso a miles de canciones que otra persona tenía en su computador al otro lado del mundo o que uno entraba al perfil de alguien en MySpace y ahí había una banda nueva que uno nunca había escuchado.
 
Me acuerdo de mí mismo buscando en Google los nombres de las bandas que me gustaban, y llegando a sitios web artesanales construidos por los propios artistas o por fans y que algunos subían las demos de sus canciones en formato MP3. Así conocí a Don Tetto, que – guardando las debidas proporciones – sería una de esas bandas que pasaría por todas esas fases de las que hablamos en este texto, desde al anonimato hasta la fama, aunque eso implicara cambiar lo que fue su estilo original. Era su forma de evolucionar. Volviendo a la analogía de Graffin sobre la música y las especies, es lo que les permitió seguir existiendo hasta hoy.
 
Llegué a este tema tras escuchar un Podcast del canal de Tropical Punk Records en YouTube (vídeo arriba) en el que mencionan el libro de Dan Ozzi y explican un poco como se dio todo ese proceso en Colombia, con bandas como Don Tetto y Doctor Krápula. Sobre Tropical Punk escribí hace algunos años (post completo aquí) a partir de una entrevista que le hice alguna vez a Mauricio Gómez, el fundador del sello, mientras participaba en la producción de un documental de otra de las bandas bogotanas de la época (documental completo aquí). Mientras algunas bandas llegaron más lejos, como fue el caso de Don Tetto, hubo otras que se quedaron en el camino, que era de lo que se trataba el documental. ¿Por qué? Creo que estos tres momento que acabamos de mencionar en este texto nos pueden dar una idea.
 
Imagen: Etsy Ketsy