Pensaba titular esta entrada como ‘el sentido de un Blog en 2016’, mas eso hubiera quedado más como título escrito por un autodenominado ‘gurú’. Queriendo huir de esa figura, quise ver en retrospectiva el papel desempeñado por los blogs cuando explotaron en popularidad, hasta el día de hoy en que han perdido el protagonismo que tuvieron en la década pasada. En serio: ¿quién habla hoy de blogs?
Sí, se habla de blogs hoy, pero solo en nichos de gente que aprendió del tema cuando en su momento fueron más importantes, o dentro de Industrias específicas como el SEO y el Marketing de contenidos. Pero en el pasado no fue así: entre 2001 y 2005 los blogs tuvieron una explosión violenta en el sentido de que antes de y después de pasó que nadie conocía un blog a todo el mundo haber tenido uno (como hoy una cuenta de Facebook).
Eran otros tiempos. Fue el comienzo de la guerra contra el terrorismo, las elecciones de Estados Unidos en 2004 y los tsunamis que sacudieron el sudeste asiático y Nueva Orleans. Estos episodios fueron la primera vez en que las personas quisieron levantar una voz para, desde un punto de vista personal, mostrar lo que estaba pasando. Y eso era lo que había: blogs en Blogger/Blogspot y WordPress. Ni siquiera existían Twitter o Tumblr (que años después fueron una evolución de ese primer momento).
Una vez esto pasó, fueron apareciendo tecnologías y servicios que tomaban elementos de los blogs y el RSS (una tecnología utilizada todavía hoy para seguir múltiples blogs), y sobre ellos fueron surgiendo servicios como Twitter o Instagram, que utilizan una estructura linear de lo más nuevo a lo más antiguo, de arriba para abajo. Eso no se lo inventaron ellos. El RSS funcionaba (y todavía funciona) así.
Sí, se habla de blogs hoy, pero solo en nichos de gente que aprendió del tema cuando en su momento fueron más importantes, o dentro de Industrias específicas como el SEO y el Marketing de contenidos. Pero en el pasado no fue así: entre 2001 y 2005 los blogs tuvieron una explosión violenta en el sentido de que antes de y después de pasó que nadie conocía un blog a todo el mundo haber tenido uno (como hoy una cuenta de Facebook).
Eran otros tiempos. Fue el comienzo de la guerra contra el terrorismo, las elecciones de Estados Unidos en 2004 y los tsunamis que sacudieron el sudeste asiático y Nueva Orleans. Estos episodios fueron la primera vez en que las personas quisieron levantar una voz para, desde un punto de vista personal, mostrar lo que estaba pasando. Y eso era lo que había: blogs en Blogger/Blogspot y WordPress. Ni siquiera existían Twitter o Tumblr (que años después fueron una evolución de ese primer momento).
Una vez esto pasó, fueron apareciendo tecnologías y servicios que tomaban elementos de los blogs y el RSS (una tecnología utilizada todavía hoy para seguir múltiples blogs), y sobre ellos fueron surgiendo servicios como Twitter o Instagram, que utilizan una estructura linear de lo más nuevo a lo más antiguo, de arriba para abajo. Eso no se lo inventaron ellos. El RSS funcionaba (y todavía funciona) así.
Pero a medida que se fueron popularizando todos estos servicios, que en el fondo conectaban a las personas, los blogs fueron perdiendo protagonismo. Si entre 2001 y 2008 hubo una explosión, entre 2009 para hoy se fue desinflando esa burbuja. Hoy no hay tantos blogs activos como hubo alguna vez. Hay muchos de gente que abre uno pretendiendo ganar dinero (sin mas objetivos más que ese y por tanto pésimos contenidos). Hay más blogs de viajes (quizás la única categoría que no se vio afectada). Y hay blogs corporativos de algunas empresas que tienen algo de idea de SEO y marketing de contenidos.
Junto a esto, es normal que cada vez más blogs sean abandonados y menos creados. Usted puede compartir una publicación en Facebook y gracias a los comentarios y los Likes va a saber que alguien la leyó. En los blogs esa sensación no existe, a menos que alguien comente u otro Blog lo enlace a usted (que no es fácil de saber). O usted también puede utilizar Google Analytics, y llevarse una vaga idea de asociación entre número de clicks y páginas visitadas para traducirlo en lectores.
En otras palabras, las redes sociales son muy simples. Los blogs son muy complejos y demandan mucho tiempo (y dinero en algunos casos). Hoy una persona solo está dispuesta a invertir eso sí hay un retorno de inversión garantizado. No hay muchos haciéndolo por amor al arte como fue en sus comienzos y de esos pocos solo unos cuantos logran ganar algo de dinero. Y como no hay dinero, mejor invertir ese tiempo en otras cosas. Tiene sentido, ¿no?
De cualquier forma, compartir publicaciones en Facebook o en Twitter, que es lo que la gente prefiere hoy, tiene sus limitaciones. Lo escrito allí se pierde en el tiempo y difícilmente queda un registro público al que pueda acceder cualquier persona. Tiene la limitación también del espacio. Usted no va a escribir 10 párrafos en una publicación de Facebook porque nadie llegaría a leer hasta el punto final. En Twitter ni pensarlo. Hay que limitarse a 140 caracteres. Todo está diseñado para un consumo rápido de la información.
De todas formas, aún hay espacio para el que quiera escapar de esos estándares. MEDIUM, dondehay muchos posts de superación personal cualquiera puede escribir un posts a la antigua, de la extensión que sea y va a quedar disponible para siempre. Tumblr, que está entre un Blog y Twitter, y es mucho más simple. Y las publicaciones de LinkedIn/Pulse, orientadas a hablar en nombre del perfil profesional de la persona.
En fin, con el auge de las redes sociales y estos servicios que acabo de mencionar, vale la pena preguntarse cuál es el sentido de tener un Blog (a 10 años de haber tenido sentido). Desde un punto de vista personal, no tiene sentido para todo el mundo. Solo para aquellos que tengan un interés de escribir de manera frecuente a largo plazo. Quiero decir, a escribir como mínimo una vez al mes durante 2 años. No es fácil, y más aún hacerlo sabiendo que no va a ser algo no remunerado. Los pocos que lo hacen son los que sostienen sobre sus hombros la blogósfera, a 10 años de haber dejado de ser lo que en su momento fue.
Junto a esto, es normal que cada vez más blogs sean abandonados y menos creados. Usted puede compartir una publicación en Facebook y gracias a los comentarios y los Likes va a saber que alguien la leyó. En los blogs esa sensación no existe, a menos que alguien comente u otro Blog lo enlace a usted (que no es fácil de saber). O usted también puede utilizar Google Analytics, y llevarse una vaga idea de asociación entre número de clicks y páginas visitadas para traducirlo en lectores.
En otras palabras, las redes sociales son muy simples. Los blogs son muy complejos y demandan mucho tiempo (y dinero en algunos casos). Hoy una persona solo está dispuesta a invertir eso sí hay un retorno de inversión garantizado. No hay muchos haciéndolo por amor al arte como fue en sus comienzos y de esos pocos solo unos cuantos logran ganar algo de dinero. Y como no hay dinero, mejor invertir ese tiempo en otras cosas. Tiene sentido, ¿no?
De cualquier forma, compartir publicaciones en Facebook o en Twitter, que es lo que la gente prefiere hoy, tiene sus limitaciones. Lo escrito allí se pierde en el tiempo y difícilmente queda un registro público al que pueda acceder cualquier persona. Tiene la limitación también del espacio. Usted no va a escribir 10 párrafos en una publicación de Facebook porque nadie llegaría a leer hasta el punto final. En Twitter ni pensarlo. Hay que limitarse a 140 caracteres. Todo está diseñado para un consumo rápido de la información.
De todas formas, aún hay espacio para el que quiera escapar de esos estándares. MEDIUM, donde
En fin, con el auge de las redes sociales y estos servicios que acabo de mencionar, vale la pena preguntarse cuál es el sentido de tener un Blog (a 10 años de haber tenido sentido). Desde un punto de vista personal, no tiene sentido para todo el mundo. Solo para aquellos que tengan un interés de escribir de manera frecuente a largo plazo. Quiero decir, a escribir como mínimo una vez al mes durante 2 años. No es fácil, y más aún hacerlo sabiendo que no va a ser algo no remunerado. Los pocos que lo hacen son los que sostienen sobre sus hombros la blogósfera, a 10 años de haber dejado de ser lo que en su momento fue.
Imagen: Humayunn Niaz Ahmed Peerzaada