Hace unos años publiqué un post en el que propuse no utilizar más los servicios de Google. Para la época pensaba que Google no era más el ‘don’t be evil’ que a sí mismo se autodenominada, así que intenté durante un tiempo dejar de utilizar la mayor cantidad de servicios de Google que fuera posible, sin tener al cabo de 1 año tener mayor resultado. Tiempo después, publiqué otro post explicando los resultados de ese fallido experimento, y poco a poco fui retomando el uso de esos servicios que había abandonado.

Para la época, la razón por la que tomé esa decisión fue para protestar por el hecho de que Google había cerrado Reader, un lector de RSS utilizado por más de 5 millones de usuarios en la época, avisando apenas unas semanas antes de su cierre y sin ofrecer alternativas.

Todo eso fue en 2013. Hoy, 2016, he vuelto a «desafiar» a Google casi que inconscientemente, o sea sin proponérmelo, pues de alguna forma he logrado que información personal mía pase desapercibida para Google. Debo aclarar, en primer lugar, que yo no no tengo problemas con que información mía sea utilizada para crear anuncios dirigidos a mí, que es como Google, Facebook, Twitter y Quora, entre otras empresas de Internet, ganan dinero. No me molesta porque voy a ser impactado por anuncios de productos o servicios que seguramente voy a estar más interesado en comprar, que un producto de un anuncio de revista o radio, que apunta a públicos mucho menos personalizados.

Dicho esto, lo que acabó pasando fue que, sin darme cuenta, acabé usando servicios que no dependían de Google en absoluto, por lo que muchos de mis datos ni siquiera pasarían por un servidor de Google. El mayor ejemplo de esto es CyanogenMod, el sistema operativo basado en Android, pero que tiene la opción de bloquear los Google Play Services. Google Play Services es una aplicación instalada por defecto en Android que tiene acceso a todas nuestras otras aplicaciones, privacidad, contactos y geolocalización, entre otras cosas. Si Google deja de tener acceso a información personal de sus usuarios, va a ser más difícil personalizar resultados de búsqueda y publicidad.

Sin datos de mi celular saliendo hacia Google, tal vez algo se me podría escapar si llego a usar Google Chrome. La cuestión es que tengo 3 navegadores instalados, y mi última opción es Chrome. Antes de eso paso por el navegador de Cyanogen u Opera. En escritorio mi primera opción es Firefox. En Android no uso Gmail ni Google Calendar, sino la versión de cada uno ofrecida por Boxer. De cualquier forma, para funcionar en Internet, sí o sí necesito de una cuenta de Gmail, y por eso estoy a la merced de que un robot rastree las palabras mencionadas en mis correos para después ser impactado por anuncios en sitios afiliados a Google.

Lo que quiero decir con todo esto es que, si bien hay mucha menos información mía pasando por servidores de Google, hay otras compañías de Internet por las que sí pasa todo click o visualización que hago en el computador o en el celular. Esto es precisamente algo que muchos que se oponen a Google o a Facebook no ven: sea como sea, nuestra información va a pasar por algún lugar y alguien va a utilizar esa información en su beneficio. Si nuestra información es nuestra moneda de cambio en Internet, ninguna compañía que ofrezca un servicio por Internet tiene por qué comportarse como una organización filantrópica.

Así pues, si hay personas utilizando DuckDuckGo en vez de Google o Telegram en vez de WhatsApp porque dicen respetar más la privacidad de sus usuarios, lo cierto es que lo único que están haciendo es entregarle su información a otra empresa que también necesita de sus datos. Eventualmente los usuarios de estos servicios acabarán consumiendo productos o siendo impactados por anuncios creados con la información que entregaron en algún momento. O, en fin, cualquier forma en que la información pueda ser monetizada.

Dicho esto, si por estar conectados a Internet la cuestión de la privacidad no tiene ninguna salida, ¿de qué vale utilizar este servicio X que dice abierta y públicamente que está usando mi información o este otro que dice estar preocupado por mi privacidad?

Yo lo veo de la siguiente manera y no tiene mucho que ver con la cuestión de privacidad. Tiene más que ver con el monopolio que están creando un par de compañías acumulando datos que posteriormente son utilizados para mejorar sus productos. Y, para que esto sea posible, es necesario que les entreguemos nuestra información y la logren monetizar. ¿Qué pasaría si no les entregamos nuestra información a los grandes monopolios que hay establecidos en Internet, sino a otros actores más pequeños?

Voy a explicar esto con un ejemplo: supongamos que queremos comprar un libro. El libro es un Best Seller y es fácil de conseguir, tanto en canales online, como offline. Podríamos fácilmente comprarlo en Amazon, que es capaz de entregarnos en menos de 24 horas si estamos en Estados Unidos, o podemos ir a una librería y comprarlo en persona. Supongamos que lo compramos en Amazon. Al hacer esto no solo le estamos entregando información a un algoritmo para que mejore sus recomendaciones y compremos obras del mismo tipo en el futuro, sino que estamos haciendo que una empresa que ya es grande siga creciendo y no pare de crecer. 

Ahora bien, podríamos apoyar al pequeño librero, que vendiendo 15 libros en un día y no miles como Amazon, ni con interés de crecer infinitamente, ya puede vivir tranquilo y pagar las cuentas. Es posible que el libro cueste un poco más, si consideramos que Amazon no paga arriendo de un local físico. Paga cada vez menos salarios porque la mano de obra es reemplazada por inteligencia artificial y reduce todos sus costos al máximo. Ojo que este análisis de 2 líneas es bien superficial, pero lo utilizo solo para decir que a final de cuentas el pequeño librero paga mucho más que lo que pagaría Amazon y es más posible que en el corto plazo deje de existir.

Con lo anterior, lo que quería decir con este post es que no nos deberíamos preocupar tanto por el tema de la privacidad de nuestra información. De un lado es claro que, sea como sea, nuestra información va a pasar por un canal que la va a utilizar para ganar dinero de alguna forma. No podemos huir de eso por más que haya empresas que digan defender la privacidad. A final de cuentas son empresas y tienen que ganar dinero de alguna forma. 

La lección que podemos sacar de todo esto es que podemos (y deberíamos) apoyar a los más pequeños. Por eso hablo tanto de empresas como DuckDuckGo, Cyanogen y OnePlus, porque son de tamaño insignificante, y aun así están haciendo un esfuerzo monumental por ser un contrapeso de los gigantes de la tecnología que todas las personas utilizan. Mi propuesta no es solo de hackear a Google como propongo en el título, sino de hackear a todos los que sean poderosos. Con hackear apenas utilizo el verbo en inglés porque no encontré una traducción al español de lo que quiero decir: hacerle más difícil el trabajo a alguien poderoso con algo que no nos va a costar nada. Podemos hackear a quien queramos y no nos va a costar casi nada.