Hoy es claro que lo que alguna vez fue la poderosa industria del entretenimiento, dominada hace mucho tiempo por la radio, la televisión, el cine y la prensa, está condenada a un cambio constante con tal de poder sobrevivir frente a lo que representa Internet: un nuevo modelo de negocio. Así por ejemplo, las ya tradicionales emisoras de radio de todo el mundo han tenido no solo que preocuparse por la radio AM/FM, sino hacer lo propio también en la web, no solo dando la posibilidad de escuchar desde cualquier rincón del planeta sus transmisiones sino produciendo contenidos propios de la web 2.0. De esto hay quizás miles de ejemplos, pero el espacio solo nos da para detenernos proyectos como los que tienen hoy la BBC de Londres, la Deutsche Welle en Alemania y Radio Francia Internacional. De igual forma ha pasado con la prensa, que al tener todas sus noticias y ediciones totalmente gratis en sus propios sitios web ha visto cómo algunos de sus exponentes en todo el mundo han decidido en algunos casos cerrar, o en otros simplemente cobrar por los contenidos online, como lo tuvo que hacer The Wall Street Journal. Así, la poderosa y tradicional industria del cine y la televisión tampoco se podía quedar atrás y por el contrario se ha visto amenazada frente a nuevos modelos de negocio como YouTube, Hulu, Netflix o Cuevana.

En febrero pasado, Netflix presentó Lilyhammer, una serie para televisión para ver por Internet y la primera producción de la compañía norteamericana de contenidos digitales. La historia cuenta cómo es la vida de un Gangster de Nueva York que decide delatar a sus jefes antes de irse a vivir a una pequeña ciudad al norte de Europa, en Lillehammer, Noruega. La serie, que por ahora solo cuenta con ocho capítulos de la primera temporada, fue vista por cerca de un millón de personas en Noruega, la quinta parte de la población del país nórdico.


Lo que llama la atención de esta primera producción de Netflix es que es la prueba de los cambios que está sufriendo la industria audiovisual del entretenimiento. Para ser más precisos, por primera vez una serie se lanzó simultáneamente en varios países (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Latinoamérica) con todos los capítulos de la primera temporada al mismo tiempo. ¿Qué diferencia hay entonces con la forma tradicional de ver televisión? Que normalmente las cadenas de TV amarraban a la gente para que vieran diaria o semanalmente sus parrillas de programación en un horario estricto con comerciales en el medio, y si querían ver la serie hasta el final, tendrían que pasar varios meses. En cambio, la primera temporada completa de Lilyhammer puede ser vista en un solo día sin interrupciones. Dicho en otras palabras, la gente poco a poco podrá decir qué vé, cuándo lo vé y cómo lo ve.

Siguiendo por está línea, Cuevana estrenó hacia finales del año pasado Stephanie, el primer largometraje que sus productores autorizan al sitio argentino de ver desde este sitio web, al que muchos señalan de cometer graves infracciones en contra del copyright.  Y si bien Cuevana tiene serios problemas éticos y legales, sólamente estamos hablando de como en el mediano plazo las series, telenovelas y películas ya no se estrenarán en la pantalla grande o en DVD directamente sino en la web. Estados Unidos es el laboratorio de pruebas de lo que estamos hablando y allí las series de televisión suelen estar disponibles para ver online desde las páginas de los mismos canales de televisión, o en todo caso también cuentan con servicios gratuitos como Hulu o Crackle, que a propósito aterrizó en latinoamérica hace poco, razón por la cual no necesitan Cuevana y está bloqueado en ese país. Entre otras cosas, de allí, gracias a YouTube y LG, surgió la idea de Life in a Day, documental que además de ser producido por personas de todo el mundo (me incluyo), fue estrenado el 27 de enero del año pasado en el Festival de Cine de Sundance en simultáneo con YouTube.

Por ahora, mientras la justicia mira qué puede hacer con Cuevana, en medio de un vacío legal con el cual no se puede hacer nada (afortunadamente para quienes defendemos Internet), los demás sitios se preparan para esta nueva etapa de la industria del entretenimiento: ya Netflix ha empezado a revelar los primeros detalles de la cuarta temporada de Arrested Development y se especula que produzcan la tercera temporada de Jericho, ambas series descontinuadas. En medio de este panorama, parafraseando a Hernán Casciari, ojalá las grandes productoras de cine y televisión suban gratis a Internet en video cada vez que estrenen un nuevo capítulo o una nueva película, para que se vayan preparando ante este nuevo panorama del cual tendrán que hacer parte.
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