En diciembre pasado compré en Amazon (de Estados Unidos) 5 libros en formato físico. Como los libros no estaban disponibles en Amazon Brasil (donde me encontraba en ese momento), opté por una de las tres opciones que hay disponibles para tener los libros en mis manos: poner la dirección de algún amigo o familiar en Boston, con quien semanas después me encontraría y que me los entregaría personalmente (como ya lo había hecho antes). Las otras dos opciones, que por cuestiones logísticas descarté inmediatamente, era pagar por un casillero en Florida o poner una dirección en Bogotá. Si bien todas las soluciones hubieran funcionado, opté por la más práctica.
Compré 5 libros (los Links de abajo no tienen ningún enlace de afiliado y no voy a ganar un centavo si les dan click):
En condiciones normales, esos libros hubieran costado de unos $15 a $20 dólares, pero todos estos costaron de $2 a $12 dólares en promedio. ¿Cómo pasa un libro de $15 a $2 dólares, por cierto?
Tal vez sea de conocimiento público en Estados Unidos, donde Amazon existe desde los años 90, pero si en Colombia no hay Amazon, hasta ahora nos vamos a enterar de que hay libros con esos precios (hay libros de $1 dólar. Incluso con envío a Colombia salen más baratos que ir a una librería).
Pasa que Amazon no es dueña de todos los productos que vende. Amazon es el punto de contacto y apoyo logístico, tanto para clientes, como para vendedores. En este escenario, es normal que haya vendedores con productos de los que se quieran deshacer. Pero como muchos de estos vendedores son apenas pequeñas librerías, no tienen recursos para anunciar en la primera página de Amazon que tienen libros muy muy baratos.
Pero, ¿cuál es el origen de esos libros? Son libros usados que fueron adquiridos a un precio menor del que fueron comprados la primera vez. Amazon los muestra como libros usados en excelentes, muy buenas, regulares o malas condiciones. Al no ser productos nuevos ni recién comprados en una librería y, además, libros que no son Best Sellers del último año, el precio queda casi en el piso.
Esta es una tendencia que se encuentra más fácilmente en libros, pero he visto productos de tecnología que también tienen la opción de encontrar el producto tanto nuevo, como usado. Así que si seguramente buscan en Amazon por cualquier producto que no haya sido lanzado en los últimos meses, es probable que alguien ya lo esté vendiendo usado.
Una pregunta importante es si es justo que el precio de un libro sea de $2 dólares. El vendedor (que ni siquiera es Amazon sino empresas que le venden a Amazon) tendría que vender miles para pagar el salario a una sola persona, y esto sin contar todos los gastos logísticos de antes y después de la venta. Por otro lado, es probable que con la venta de un libro a $20 dólares, y vendiendo una cantidad menor de libros, esos gastos sean más fáciles de asumir.
De un lado, se benefician los consumidores, que quizás no quieren comprar el libro nuevo. Tal vez solo quieren leer un título, independientemente de las condiciones físicas en que se encuentre.
De otro lado, con esos precios, y Amazon con la tendencia de reducirlos (aún más), está haciendo que se canibalice la competencia. Una frase de vendedor: «no lo puedo vender más barato porque yo no ganaría nada». Es decir, estamos yendo en una dirección en la que al pequeño vendedor no le queda que sino no ganar prácticamente nada para seguir existiendo.
Existen los casos en tecnología del Kindle Fire de Amazon y la serie Nexus de Google que eran vendidos incluso a pérdidas (sí, Amazon y Google perdían dinero con esos productos), pero no hay cómo comparar el margen de ganancia que esto les representaba con la venta de otros productos, al margen de ganancia de un pequeño librero.
Cabe también la posibilidad, y todos seríamos felices, de que en realidad esos libros no representen las ventas importantes de esos libreros. Son libros que están guardados en una caja en el rincón de alguna librería que gana mucho dinero, genera empleos y vende libros a precio normal. Esos libros que son vendidos en Amazon son algo insignificante y más bien simbólico para decir que están en Amazon.
No sabemos en realidad cuál es la realidad detrás de cada vez que compramos un producto superbarato. Si bien pensamos siempre en obtener el mayor custo-beneficio, el significado detrás de cada decisión de compra tiene un impacto (positivo o negativo) en el trabajo y calidad de vida de una persona.
No pretendo proponer ni criticar nada con este post, como sí lo he hecho en el pasado. Mi único objetivo es solo reflexionar sobre cómo una acción de compra tiene un impacto tan grande sobre toda una industria.
Imagen: simonbooth