
¿Alguien se acuerda de Google Reader?
Google Reader era una herramienta informativa tan poderosa como Twitter, y que les servía a millones de blogs para llegar a sus lectores. Google Reader tenía una interfaz muy parecida a la de Gmail. Así como cuando llega un nuevo correo electrónico nos aparece una nueva línea marcada en negrilla con los datos del remitente, el asunto y la fecha; similar era el comportamiento de Google Reader, que iba ordenando cronológicamente las entradas de todos los blogs que siguiéramos. Todo con una interfaz rápida y fácil de usar.
En 2013, Google apagó Reader (en su momento escribí al respecto). Al ser gratuito, financieramente era un producto insostenible. A pesar de que nunca intentaron ganar dinero, podrían haberlo hecho con un costo simbólico a cada descarga, o incluso con una mensualidad tipo Netflix o Amazon Prime. Y listo. Ya tenían una base de millones de usuarios para hacer la prueba de si efectivamente era viable o no.
Creo que la muerte de Google Reader marcó un antes y un después para los blogs y el consumo informativo por Internet. Así lo veo yo como autor y como lector. Si bien el RSS, la tecnología detrás de Google Reader, continuó existiendo en Feedly e Instant Articles de Facebook, así como en otros productos similares, lo cierto es que todo esto se dio en un momento en que Facebook, Twitter, YouTube, Instagram y Snapchat se peleaban a muerte por la atención de todos los usuarios conectados a Internet.
Todo esto, sin embargo, no se dio como un proceso aislado. Veníamos del surgimiento de otras plataformas de entretenimento como Netflix y Spotify, lo cual fue posible gracias a la popularidad de la fibra óptica, el 4G y la rápida evolución de la computación móvil con Android y el iPhone.
Fueron muchos acontecimientos conectados, sucediendo de forma simultánea, los que fueron interactuando en la última década. Las personas empezaron a adquirir smartphones porque los necesitaban para estar en contacto con el resto del mundo, y poco a poco fue apareciendo todo un ecosistema de aplicaciones altamente adictivas que se alimentaba de las altas velocidades de conexión a Internet.
El resultado final sería que acabáramos cambiando el televisor y el computador de escritorio por el celular, como el principal centro de multimedia, la nueva fuente por la cual nos enteramos de todo lo que pasa en el mundo.
Y un día Google Reader murió
Reader no era el servicio más popular de Google, y podríamos incluso decir que solo lo usaban Geeks y Nerds, pero el punto es que mucho del tráfico de los blogs pasaba por aquí, y esto alimentaba nuevas opiniones a ser escritas en otros blogs.
¡A qué punto hemos llegado!
Cómo podemos ver, el celular es ahora casi una extensión de nuestro cuerpo. No estamos lejos de ser cyborgs, y en consecuencia, si sabemos que algo pasó en el mundo, fue porque nos enteramos viendo nuestro propio celular, y no porque hablamos con alguien en persona o a través de las noticias. Y esto es algo con impacto en todos los que tengan un Android o un iPhone en su bolsillo.
¿Recibiste un Like? Qué bien se siente, ¿verdad?
Pero una vez somos conscientes de que ese tiempo es mejor usado en otras cosas, podemos tomar acciones tan sencillas como desinstalar del celular las aplicaciones en las que más perdamos tiempo, usarlas desde el navegador, desactivar las notificaciones, leer libros, usar el celular más tiempo en modo avión o algo tan sencillo como usar otras aplicaciones menos adictivas (el único motivo válido por el que alguien usaría Snapchat en Android).
No siendo más, los dejo con un vídeo para describir con una dosis de humor nuestra relación con nuestro celular y las personas que más nos importan. ¿Y ustedes ya se habían cuestionado al respecto sobre todo esto?