Por más que los Gobiernos del mundo traten de criminalizar a los usuarios de Internet, difícilmente podrán acabar con la cultura de compartir 

Por estos días están reunidos en Dubai representantes de 193 países con motivo de un encuentro de la Unión Internacional de Comunicaciones (OIT), una agencia de la ONU creada en 1865, casi un siglo antes de la creación de las mismas Naciones Unidas, y que a puerta cerrada pretende decidir algunos aspectos claves respecto al futuro de la Internet, más allá de la oposición expresada por el Parlamento Europeo y Google y a la que no se le prestó nada de atención.

Lo curioso del asunto es que un organismo que nació inicialmente para regular la operación mundial de telégrafos, que ya ni siquiera existen, sea la que sin la presencia de los usuarios, las ISP y las más grandes empresas de tecnología del sector como Amazon, Apple o Microsoft, entre otros actores, sea la que decida sobre un asunto que lo más seguro es que ni siquiera entiendan. Ya sabemos cómo es el perfil de la mayoría de los burócratas que asisten a estas reuniones: tipos que les piden a sus secretarias que les impriman los correos son los mismos que están decidiendo por estos días el futuro de la red mundial de información.

Así las cosas, hace solo unos días, Julian Assange pidió desde la embajada de Ecuador en Londres la independencia por Internet. Es un sinsentido que a estas alturas gobiernos tan represivos con la libertad de información como Cuba, China o Corea del Norte tengan en este tipo de encuentros derecho al mismo voto de países más democráticos como Suiza, Islandia o cualquier otro país nórdico.

Por otro lado, el fin de semana pasado, TorrentFreak denunció que la plataforma legal de The Pirate Bay (TPB) para dar a conocer artistas independientes había sido bloqueada en Reino Unido, a pesar de que no tenía enlaces hacia ningún tipo de descargas ilegales y de que sus servidores son independientes de los de TPB, sitio que en algunos países sí es muy cuestionado en cuanto a los contenidos que ofrece.

Si esto pasa en un país democrático, imagínense lo que podría llegar a pasar si se pusieran de acuerdo con diferentes dictadores de países tercermundistas.

Quienes estamos medianamente informados respecto a estos temas seguiremos levantando la voz siempre que un Gobierno, que por naturaleza no entiende cómo funciona la red, intente regular Internet. Porque desde que existan las combinaciones de teclas de Ctrl. + C y Ctrl. + V, los botones de compartir, RT y de ‘Capturar Pantalla’, cualquier intención para ponerle límites a la web en ese sentido será inútil. Si así hubiera sido desde el comienzo, hoy no existirían comunidades alrededor de Wikipedia, Reedit, YouTube, 4Chan y un largo etcétera, porque ¿a quién le afecta más que la comunidad trabaje en equipo que a esa misma clase política alrededor del mundo que quisiera mantener el mismo statu quo de antes de que apareciera Internet?

Les recomiendo

Imagen propiedad de Yum9Me disponible en este enlace