Para nadie es un secreto que una de las series más grandes que ha dado la televisión es Los Simpson. A más de 20 años del estreno de su primera temporada, son pocas las series que podrían alcanzar el éxito de la caricatura de Matt Groening. En mi opinión, según las que me he visto, solo Friends y Seinfeld alcanzan a estar en ese nivel. Ni siquiera me atrevería a meter las manos al fuego por Breaking Bad o por Prison Break, de lo mejor que he podido ver este año. La primera porque no ha terminado; y la segunda por su regular última temporada.
Y aunque esto depende también de la generación de cada uno, en caso de que estén pensando en algún enlatado de los años 70 u 80, estoy hablando más de lo que ha sido la televisión norteamericana de los últimos 25 años, que en repetidas ocasiones ha puesto a debatir sobre cuál es el mejor momento de darle el último adiós a una serie: ¿será acaso en sus mejores momentos como pasó con Alf? O acaso será mejor alargarla hasta que pierda su gracia siempre y cuando a los anunciantes y a los productores les siga interesando sacar dinero de ella. Entre otras cosas porque siempre habrá gente que las siga viendo. ¿A alguien le suena Padres e Hijos? Fue el ejemplo más bajo que se me ocurrió.
Hemos visto casos de grandes series cuyos fans nunca entendieron por qué fueron descontinuadas. Producciones como Jericho y Arrested Development puede que no hayan sido las más importantes de la última década, pero tenían grandes audiencias, suficientes para buscar alternativas antes de dar por muertos los proyectos. O si no pregúntenle al CEO de Netflix, que las piensa revivir precisamente por eso, porque entendieron que hoy una gran parte de la audiencia está en Internet y no le interesan los anuncios.
En ese sentido, sigue siendo un gran interrogante cómo Los Simpson, South Park en algunos momentos desde que está al aire y hasta El Chavo en Latinoamérica han durado o duraron tanto. Y es que desde siempre lo que ha definido si un programa de televisión debe estar al aire son la audiencia y el músculo financiero de los anunciantes, lo que explicaría por qué hay shows que cada año renuevan por una nueva temporada, y que deja abeirto un interrogante: ¿es esto algo bueno o algo malo?
En mi opinión, por la buena calidad de la televisión, todas las grandes series ya se deberían haber terminado hace años, si es que sus productores no han sido inteligentes para hacerlo, así como a muchas más les deberían haber dado una segunda oportunidad ¿Alguien recuerda El Crítico? Solo hubo dos temporadas y la siguieron emitiendo por más de una década, porque era muy buena. En cambio The Big Bang Theory, por ejemplo, es una serie que está pasando por sus mejores momentos y está corriendo el riesgo de que empiece a decaer. De hecho por ahí he leído críticas de que su declive ya comenzó. ¿No sería excelente idea darle un cierre digno de una buena vez?
Quise traer este tema a propósito del final de la serie de Pablo Escobar en Colombia esta semana, que siempre traté de buscarle contrastes con El Cartel de los Sapos, que contaba la historia del Cartel del Norte del Valle en Colombia en los años 90 y 2000. La diferencia entre la una y la otra es que El Cartel fue una producción de aproximadamente 60 capítulos muy bien lograda y no buscaron alargarla en ningún momento, por más del éxito que haya tenido, a diferencia de Escobar, que les daba tanto rating, que buscaban historias de personajes secundarios para evitar el final, en vez de mantener la atención en el personaje principal, que para este caso hubiera sido la diferencia entre lograr un producto excelente y uno normal. A veces esos detalles, de alargar o acabar un show, hacen la gran diferencia. O ustedes qué opinan.
Échenle una mirada a estas infografías que encontré en Jest y entenderán un poco mi punto:
Daniel Afanador
@Daniel_Afanador
La primera imagen es propiedad de Oblivious Dude y está disponible en este enlace