Hasta hace menos de 1 año el panorama de la telefonía móvil mundial estaba dibujado de una forma muy clara, con el iPhone y Android a la cabeza en una encarnizada lucha que llevó a Samsung varias veces a los tribunales por demandas tan ridículas como el uso de puntas redondas o el de hacer zoom con un movimiento de los dedos sobre la pantalla
Y es que Samsung desde hace varios años se ha convertido en la piedra en el zapato no solo de Apple, al que le quitó una gran parte del mercado de los equipos de gama alta, sino de otras marcas como Nokia, a la que anularon prácticamente durante muchos años, u otros grandes de la tecnología como Motorola, LG o Sony.
Esta posición de liderazgo de Samsung, desde mi punto de vista, se debe a que tuvieron el poder comercial de llegar a todo el mundo con un equipo que en su momento le competía codo a codo al iPhone, como lo fue el Samsung Galaxy SII. Recuerdo que para entonces, y aún hoy, era imposible conseguir en Colombia un terminal HTC, situación que seguramente era igual en más de un mercado emergente.

Situación similar era la de LG, Sony o Motorola, no porque no se pudieran conseguir, sino porque no tenían ningún celular a la altura del iPhone o del Galaxy SII. Desde ese entonces, Samsung empezó a ganar un gran respaldo frente a la opinión pública especializada por sus equipos de gama alta, que como dijimos hace poco, no eran gran cosa a final de cuentas. No obstante, parecían ser los únicos capaces de hacer algo tan bueno como Apple.

Cómo están las cosas hoy

Esta semana vimos 2 noticias que en el mediano plazo podrían empezar a alterar el panorama arriba descrito. La primera es que por primera vez decreció el número de usuarios en el mercado de Android. La segunda es que Samsung se propuso el objetivo de vender 100 millones de Galaxy SIV, de los cuales solo han distribuido 20, que no han sido vendidos en su totalidad. En consecuencia, esta semana se anunció una reducción en sus precios, quizás con el fin de forzar un poco hacia la consecución de estos objetivos.

Y por otro lado vemos a un Nokia cada vez más fuerte, y retomando poco a poco el poder que tuvieron entre los 90 y la década pasada. Si bien las cifras todavía están lejos de que Windows Phone les llegue a pisar los talones a Android o a iOS, Nokia seguirá con esa etiqueta de los teléfonos más resistentes de la historia. Esto sumado a un buen Software y a unas aplicaciones que, Nokia asegura, poco a poco irán llegando, puede llegar a convertirse en una amenaza no solo para los 2 sistemas operativos líderes, sino para otras marcas como Samsung o Apple.

Y un cuarto hecho que llama la atención es la irrupción de nuevas marcas, tanto de sistemas operativos, como de equipos, que pretenden quedarse así sea con una pequeña porción de la torta del mercado. Hace unas semanas Canonical anunció que lanzaría un equipo con Ubuntu para móviles, siempre y cuando los mismos usuarios se encargaran de la financiación: $32 millones de dólares. Por otro lado, Telefónica, de la mano de la Fundación Mozilla, presentó una serie de equipos por menos de $100 dólares
Y a lo anterior agreguémosle a Jolla, a BlackBerry y hasta al sistema operativo propio que está preparando Samsung. Viendo todo este panorama, en pocas palabras nos vamos a encontrar con un antes de ayer y un Nokia poderoso; ayer a Samsung y a Apple invencibles, y hoy unas marcas por las que nadie daba un peso están entrando al mercado. ¿Hacia dónde va este mundo de la telefonía móvil? Es incierto, realmente.
 Imagen propiedad de adamselwood