Casi como una regla para todos los gobiernos en crisis está el aumentar los impuestos de la clase media, que es lo que pasa después de un rescate financiero, como pasó con Grecia. A la clase baja no le toca porque son los que menos tienen con qué pagar y a las clases altas tampoco porque —usado como eufemismo— la confianza inversionista y la inversión extranjera son muy sensibles ante estos cambios. Así, cuando un gobierno descubre un hueco fiscal y ve que los gastos del año siguiente están comprometidos, suele haber dos caminos: o asumir más deuda pública o aumentar los impuestos (sobre la clase media). Algunas veces las dos cosas se dan juntas, o incluso las clases bajas acaban pagando más impuestos también cuando productos básicos reajustan sus precios.
También hay un tercer escenario: privatizar lo que en algún momento fue público. Y es que por culpa de la burocracia y la corrupción, siempre hemos pensado que las empresas públicas funcionarían mejor si fueran privadas. La verdad es que las empresas públicas y los órganos estatales no son un modelo a seguir de cómo debería funcionar una organización, pero esto tiene explicaciones más complejas que tienen que ver con la historia y las estructuras sobre las cuáles fue construido un país. Las cosas no van a funcionar bien simplemente porque son privadas. Hay empresas privadas de salud que juegan con la salud de las personas y aún así hacen mucho dinero. Hay empresas de autos que perjudicaron al medio ambiente durante años e hicieron mucho dinero de todas formas. Hay empresas de minería que acabaron con el ecosistema, e hicieron también mucho dinero.
Lo que quiero decir con esto es que no podemos generalizar el hecho de que lo privado sea mejor que lo público. Hay, de hecho, un detalle importante que suele quedarse por fuera de esta discusión: sea como sea, estas empresas le están dando trabajo a mucha gente que seguramente tiene una familia. Esas personas así como esas familias consumen, al mismo tiempo, productos y servicios que le dan trabajo a otras personas, y así es como se mueve la economía.
El problema es que esta última afirmación sobre la educación no es del todo cierta. Como ya dije, cuando los gobiernos entran en crisis y se encuentran con un agujero fiscal, seguramente una de las primeras cosas que vaya a pasar sea que haya o un recorte en los gastos de educación e investigación (entre mil cosas más) o que se den las condiciones para la privatización de la educación, que como ya dijimos no es mejor ni peor, solo no está al alcance de todos.
De ahí que en tiempos de crisis de donde menos deberían recortar recursos sea de la educación. Esto solo va a empeorar las cosas dejar con menos oportunidades a los de más abajo y en mejor posición a los de más arriba (bancos que ofrecen créditos educativos y universidades privadas que ofrecen lo que las públicas ya no tienen cómo).
Hay algo más por lo que la universidad es importante más allá del conocimiento teórico y técnico que se pueda llegar a adquirir: es la formación de capital humano, o sea personas más críticas y con mejores ideas. Desde las ciencias sociales y humanas esto es perceptible, por ejemplo, en el momento en que desde estas áreas (ciencias no exactas) se inician los debates alrededor de los problemas sociales: conflictos armados, religiosos, pobreza y desarrollo humano, etc. Desde las ciencias exactas en cambio se buscan soluciones a problemas de orden natural.
Si se fijan, los dos extremos están enfocados en buscar soluciones a problemas, que en últimas eso es por lo que le pagan a una persona cuando hace un trabajo: usted tiene un trabajo porque es entre aceptable y excelente resolviendo un problema puntual.
Cuando en el post pasado dije que había cada vez más gente poco cualificada para hacer empleos que podrían ser hechos por cualquier persona me refería exactamente a eso del párrafo anterior: gente por debajo de un nivel aceptable para solucionar un problema X, lo que en el largo plazo solo va a empeorar la economía aún más. ¿Cómo recortar gastos en educación e investigación se supone que le represente algo positivo al país y a las personas que van a mover la economía dentro de unos años?
Generalmente estas medidas de imponer nuevos impuestos se venden como algo temporal, pero acaba siendo algo permanente, como ocurrió con el dos por mil en Colombia. Hoy es cuatro por mil, y al igual que el IVA no parará de subir en el largo plazo, mucho menos desaparecer.
Si se fijan, estamos alimentando un sistema insostenible en el que los impuestos no paran de crecer, no estamos generando mejores empleos porque no hay mano de obra cualificada, y una de las vías para encontrar una salida como es la educación está cada vez más a la merced de las reglas del mercado.