Como ha sido normal desde 1998, época en la que Google dejó de ser un buscador más y se empezó a convertir en una las empresas más poderosas del mundo, esta que pasó no fue una semana en la que los de Mountain View hayan pasado inavertido. Hace unos días les hablábamos del cierre de Google Reader y de cómo cerca de 5 millones de usuarios se quedaron sin un lector de feeds, movimiento que aprovechó Feedly, que se las olía desde hace un buen tiempo y ya estaba preparado para esta noticia, con lo que en menos de 7 días han superado la nada despreciable cifra de 500.000 usuarios. Para tener como referencia, Facebook se demoró 10 meses en alcanzar el millón de usuarios; Foursquare, 13 meses; y Twitter, 24


¿Cuál es la lección de todo esto? Google podría haber, o bien, cobrado una cuota mensual a sus usuarios en vez de matar el servicio; o venderlo a otra empresa que le pudiera sacar provecho. Si el problema con los inversionistas era el dinero, ahí tenían dos opciones. Incluso se podrían haber desecho del él, liberándolo a la comunidad. Recordemos que Google Chrome está basado en un proyecto de código abierto llamado Chromium; al tiempo que Android está basado en Linux. Ambos tienen el apoyo de una gran comunidad.

Ya esta semana que termina, entre otras cosas, Google presentó una herramienta para tomar notas al estilo de Evernote. Hace unas semanas proponían el lanzamiento de un servicio de música por Streaming al estilo de Spotify. Y qué decir de Google Fiber, que si bien sigue en etapas de prueba, podría desbancar a cualquier prestador de servicios de Internet del mundo con las velocidades que ofrece.

¿A qué voy con todo esto? Le estamos dando mucho poder a Google. Como lo dijimos hace unos días en VanPC, en el campo de la tecnología no se veía algo así desde que Microsoft llegó a tener el 99% del mercado en navegadores web en los 90. Pero esto ya no es solo de navegadores. Estamos hablando de que Google es el dueño y señor en buscadores, correo electrónico, publicidad en línea, videos por streaming y sistemas operativos móviles. 

¿Qué nos ha enseñado la historia? Los monopolios no son nada buenos: por un lado tienen el poder de frenar la innovación, aplastando a la competencia, por ejemplo, pequeñas startups, en muchos casos de recursos muy limitados. Lo pueden conseguir o patentando conceptos absurdos, o sacando copias o ‘versiones mejoradas’ de algo que ya existe, como pasó con Dropbox y Google Drive.

Así las cosas, he estado reflexionando y preguntándome qué podemos hacer. Quizás el cierre de Reader fue lo que me hizo reflexionar al respecto: ¿qué pasará el día en que Google decida cerrar otro de sus populares servicios? Tratando de responder a esta pregunta nos vamos a dar cuenta de que estamos dependiendo mucho de una sola empresa. Entonces, ¿por qué no ir buscando alternativas desde ya? 

Llegué a la conclusión de que lo mejor es seguir utilizando Evernote y Spotify así los de Mountain View le monten una competencia. También estoy pensando en migrar este blog hacia WordPress o a MovableType, dos plataformas que respetan un poco más a quienes están generando contenidos valiosos para la web, a diferencia de Blogger que lleva años abandonado. Y en esa misma línea he decidido abandonar Google Chrome y volver a Mozilla Firefox, y dejar a Opera como Plan B. Ya ni siquiera uso el buscador de Google, me pasé a DuckDuckGo por la misma razón. Todo porque Google se está convirtiendo en una máquina de generar capital para sus inversionistas e ignorar a sus propios usuarios, el fin de su propia filosofía: ‘Don’t be evil’.

Imagen propiedad de Steve Rhodes