Como lo expliqué hace unos días, este año he leído realmente pocos libros físicos debido a que he emigrado casi totalmente hacia los blogs. Contrario a lo que muchos pensarían, no se trata de pereza sino de un cambio de mentalidad sobre cómo consumimos medios al día de hoy. Pero afortunadamente el papel todavía existe y he estudiado algo de economía en lo que va de este año. No se trata de economía pura ni avanzada sino de textos hechos para que cualquier persona entienda cómo funciona el mundo. Por un lado, la Doctrina del Shock de Naomi Klein, que básicamente explica cómo ha sido impuesto el capitalismo en medio de dictaduras y momentos de crisis desde los tiempos de la guerra fría, libro del que dejo mis comentarios al respecto para después porque no lo he terminado. Por otro lado, recién esta semana compré Adáptate de Tim Harford, tras haber leído hace unos años El Economista Camuflado del mismo autor. Lo bueno de este tipo de literatura es que son textos fáciles de digerir para quienes no queremos ser expertos en el tema, sino que simplemente queremos saber cómo funciona el mundo a partir de la economía de la vida diaria. Dudo mucho que consigamos el mismo resultado repasando algunas de las complejas teorías de Milton Friedman o Adam Smith.
Antes de decirles de qué va el libro, me gustaría hacer una breve presentación del autor. Tim Harford es miembro del consejo de redacción del Financial Times, donde tiene una columna bajo el título de ‘El Economista Camuflado‘, en la que explica ideas económicas de la vida diaria. Es además el único economista del mundo que tiene una sección de consultas, mejor conocida como Dear Economist, con la cual busca con ironía dar respuestas a preguntas de gente común y corriente, teniendo en cuenta algunas de las teorías económicas más recientes. Fue presentador de varios programas especializados de la BBC, y ha publicado para Esquire, Forbes, New York Magazine, The Washington Post y The New York Times. Harford ha trabajado para Shell, el Banco Mundial y la Universidad de Oxford, además de haber recibido en 2006 el Premio Bastiat a la mejor labor en periodismo económico.
Si les interesa el tema, les recomiendo esta conferencia de TED en la que Harford nos habla de cómo los sistemas complejos funcionan con base en el ensayo y error:
En El Economista Camuflado recuerdo haber leído por qué la gente prefiere ir a tomar café a Starbucks y pagar más que, por ejemplo, hacerlo en una cafetería corriente; o por qué los precios de la comida en los cines son tan altos; así como por qué China logró ser una potencia económica a pesar de que se esconde detrás del mismo modelo comunista que llevó a la quiebra a toda Europa Oriental hacia el final de la guerra fría. Son casos que vemos todos los días en la vida diaria y en las noticias pero a las que no les prestamos mucha atención. Por eso quisiera a continuación comentar solo tres de las situaciones que más me han llamado la atención de Adáptate:
1. ¿Cómo pasó Estados Unidos de tener una guerra casi perdida en Irak similar a la guerra de Vietnam a estabilizar la situación, hasta el punto de abandonar Medio Oriente de manera gradual? El autor explica que, hasta el año 2006, las tropas norteamericanas funcionaban de la misma manera a como lo habían hecho en Vietnam: las decisiones se tomaban en Washington, a miles de kilómetros del campo de batalla y ni el Presidente ni el Secretario de Defensa estaban abiertos a escuchar opiniones. El panorama cambió cuando el General David Petreous quedó al frente de las tropas en el campo de batalla, un militar que cuando joven tuvo un jefe que le decía: «Mi trabajo es mandar la división y el suyo, criticarme»: ¿A qué viene todo esto? El nuevo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas estaba más abierto no solo a escuchar a sus subalternos sino que entendía que la población civil no pensaba igual a ellos y de la misma manera lo entendieron así sus superiores. Es decir, una organización no puede funcionar sin tener autocrítica y sin entender cómo funcionan las cosas en la vida real. Harford lo llama como ‘el complejo de Dios’, cuando alguien cree tener la razón y se cierra ante cualquier opinión.
2. ¿Qué caminos hay para trabajar en la innovación? Aparentemente las becas estimulan la innovación. Por ejemplo, muchas becas se entregan a personas que tengan propuestas innovadoras en temas de investigación, pero éstas solo las reciben quienes presenten ideas viables. Si un investigador asegura que puede encontrar la cura contra el Sida en un plazo máximo de 15 años pero necesita dinero para trabajar en ello, seguramente será descartado porque es mucho tiempo y porque no sería la primera persona que lo intenta. ¿Para qué botar la plata así? Mejor gastarla de forma segura. Esa forma de pensar es la que agota la innovación. Imaginen cuántas ideas innovadoras son descartadas cada año o porque no hay tiempo que perder o porque los comités científicos no son capaces de arriesgar unos millones de dólares en inventos que podrían cambiar la vida de miles de personas.
3. Sobre el método de prueba y error: también conocido como evolución, es la forma como los seres humanos y todas las especies que existen en el mundo hemos sobrevivido hasta hoy, dejando atrás a las más débiles. Y hay quienes dejan el asunto hasta ahí y no son capaces de aplicarlo a la vida diaria. Supongamos que tenemos 100.00 dólares para invertir en un proyecto de emprendimiento de aquí a 5 años. Lo que también podríamos hacer pero que a no todo el mundo se le ocurriría sería trabajar en 5 proyectos en un plazo máximo de 1 año, de esta forma no ponemos todas nuestras esperanzas en una sola idea, que finalmente nos podría decepcionar, sino que en un plazo no mayor de 12 meses sabremos cuál de esas 5 ideas fue la más fuerte, y cuáles fueron las más débiles. Harford lo que recomienda es tener siempre varias alternativas en caso de que una de ellas no funcione. Finalmente al final va a quedar la más fuerte y ésta será en la que debamos invertir más tiempo, dedicación y recursos.
En este momento no he terminado de leer el libro pero estos tres puntos son solo algunas de las ideas más interesantes que me he encontrado leyendo a Tim Harford. Les recomiendo este tipo de literatura que no es nada densa y de la que uno puede aprender bastante para aplicar en la vida real.
Imagen de Tim Harford propiedad de adamsmithjr disponible en este enlace
Q'hubo Daniel, hace arto no pasaba por acá. Me puse al tanto de sus últimas andanzas; chévere la segunda parte de Nueva York. Pero acá si le comento que, a pesar de que me parece bien que se interese por economía, le advierto que esos libros que son fáciles de leer y comprender son, sólo a veces, y de cierto modo, armas de doble filo, puesto que -no sé si ya sabía o se la había dicho, yo estudio Ciencia Política y le estoy metiendo bastante énfasis en economía dura- simplifican a la economía como ciencia dura (natural), pero, en efecto, por más de que pueda ser cuantificable, sigue siendo ciencia social, lo que implica que hay subjetividad y multiplicidad; ésto se lo digo porque yo he leído desde Hayek, que es considerado como el papá del neoliberalismo (en medio de todo es fácil de leerlo), pasando por Polanyi, Keynes, Smith, David Ricardo, Kalmanovitz, y así hasta -es que es imposible que no nos los ponagn a leer en esta carrera- Marx, y me he dado cuenta que, como le dije, hay muchas formas de ver un mismo fenómeno, o sea, hay muchos libros sobre lo mismo.
Bueno, Daniel, saludos, suerte.