Un capítulo de South Park estrenado hace poco en el que Cartman y compañía deciden crear una nueva Startup que, aunque no hace nada, consigue millones de dólares en financiación por Kickstarter, una compañía que, a modo de crítica en el mismo episodio, tampoco es que haga mucho. Kickstarter simplemente funciona de plataforma para presentar nuestro producto o modelo de negocio, y si a alguien le llama la atención, nos puede financiar para que ese proyecto llegue a existir algún día. Lo que llaman crowdfunding. De ahí surgieron ideas como Oculus Rift, Pebble y OUYA, entre otros. Si el producto consigue la meta propuesta, Kickstarter se queda con un porcentaje menor del total recaudado.
En el episodio en cuestión, hay un momento en el que Stan le dice a su padre que no quiere ir más a la escuela porque ahora tienen una Startup. Aunque suene a broma, como cualquier otra escena de la serie, hay un efecto real sobre nuestra generación detrás de lo que yo llamaría la cultura emprendedora de Silicon Valley, la cultura de ese lugar del planeta donde surgen empresas que valen millones de dólares, muchas veces de la mano de personas que ni siquiera fueron a la universidad.
Por un lado, nos han hecho creer que todas esas aplicaciones, páginas, productos o servicios que usamos todos los días cualquiera las hubiera podido crear sin mucho esfuerzo y volverse millonario. Más de una vez escuché decir a alguien refiriéndose a alguna idea novedosa con frases como: «(es muy sencillo) ¿por qué no se me ocurrió a mí antes?». Facebook, una página web que sirve de directorio de todas las personas que hemos conocido: ¿por qué no pensé yo en esto antes?, ¡Es muy fácil de hacer! La verdad es que podemos tomar la idea más compleja del mundo como puede ser Google y decir que es solo un formulario para preguntar y obtener respuestas.
De alguna manera, el simplificar todo lo que hay detrás de procesos muy complejos nos ha llevado a creer que los logros de mucho esfuerzo, dedicación y dinero son conseguibles por cualquier persona. Nos han dicho que Bill Gates, Mark Zuckerberg y Steve Jobs ni siquiera fueron a la universidad, aunque en realidad sí hayan ido. Solo no se graduaron.
Y todo esto porque, al igual que Estados Unidos nos ha traído toda su industria cultural (música, series, películas), sus marcas, su modelo económico, estilo de vida y demás, esa cultura de Silicon Valley también termina permeando esta parte del mundo a decirnos: tú también puedes no ir a la universidad y crear la próxima Startup de un millón de dólares. Hay casos exitosos en mi país que admiro, pero reconozco que tienen mucho trabajo detrás. Solo voy a mencionar Mejorando.la, al fundador de Grooveshark, VoiceBunny y Pagos online (recientemente adquirida por Payulatam), entre miles más de pequeñas y medianas empresas que mueven la economía de Colombia. Si investigáramos la historia de cualquiera de estas empresas, nos encontraríamos con que detrás de cada fundador personas inteligentes, preparadas y que sabían lo que estaban haciendo, no alguien que un día creyó que crear una empresa era fácil y solo por eso decidió no ir a la universidad.
Print the Legend fue un documental estrenado hace poco por Netflix en el que se puede ver desde la industria de las impresoras 3D toda la complejidad que hay detrás de estos procesos de crear una empresa y recaudar millones de dólares.
Print the Legend fue un documental estrenado hace poco por Netflix en el que se puede ver desde la industria de las impresoras 3D toda la complejidad que hay detrás de estos procesos de crear una empresa y recaudar millones de dólares.
Aquí quiero hacer referencia a aquellos que, al menos en mi país, alguna vez en su vida han dicho: (a veces sin siquiera haber ido) «yo para qué voy a ir a la universidad. (…) La teoría no sirve de nada. (…) No necesito un diploma (…), entre mil excusas más que aunque en algunos casos sean ciertas para algunos, no son más que excusas para muchos que no tienen idea de qué hacer con su vida, y peor aún cuando se trata de gente que tiene la posibilidad (porque entiendo que hay quienes ni tienen la opción de escoger) de escoger una carrera y empezar a estudiar.
Si usted es un emprendedor y le ha ido bien, pero no fue a la universidad, por favor no se sienta aludido con este post. Este mensaje no lo escribí por gente como usted, solo de aquellos confundidos que se han planteado no ir a la universidad, tienen la oportunidad y creen que todo lo que necesitan para triunfar de la vida es tan fácil como crear una empresa y esperar que todo va a salir bien. El mundo no es como un capítulo de South Park, ni cualquiera puede recrear lo que han hecho un puñado de empresas para sobrevivir en el mercado. Detrás de todo eso hay un conocimiento y una experiencia que de aproximarnos en un primer momento desde la universidad nos va a abrir caminos para sobrevivir en un mundo en el que solo sobreviven los más inteligentes.
Por eso creo que al menos en mi país (y seguramente en otros países emergentes) uno debería ir a la universidad (aun cuando haya cosas que uno se va a quedar sin aprender). La educación les da a muchas personas las herramientas para pensar más allá de lo que está a nuestro alcance y empezar a entender el mundo a partir de elementos que ni siquiera sabíamos que existían. Cuando uno entiende los engranajes que mueven el mundo, uno puede ver más fácilmente el papel que uno puede desempeñar dentro de la sociedad. Y en últimas, como ya dijo alguna vez Pepe Mujica:
Vamos a invertir primero en educación, segundo en educación, tercero en educación. Un pueblo educado tiene las mejores opciones en la vida (…).
Daniel Afanador
El crowdfunding también sirve para financiar ensaladas de papa jejeje.
Difiero un tanto Daniel, pues tienes razón en algo y es que sin conocimientos y herramientas verdaderas no es posible crear absolutamente nada, pero eso no significa que la única manera de conseguirlas sea en la universidad.
Creo que solo basta la pasión para empezar a prepararse así sea de manera autodidacta y prepararse bien; herramientas como: libros, Internet, y la opinión de expertos que también se encuentran en Internet, creo que pueden ser suficientes para estar preparado.
Obvio nada es tan fácil como decir: no quiero ir a la universidad, me da pereza estudiar, voy a montar tal empresa y me voy a hacer rico.
Siempre hay que prepararse.