
El post a continuación es más personal de lo habitual. Pienso contar un poco de algunos proyectos personales en los que he trabajado en los últimos 12 años, aunque poniendo en contexto lo que pasaba en esos años, hasta llegar a lo que tenemos hoy.
Quizás no lo recuerden, pero hace 20 años Internet eran sitios personales, foros y blogs. Con suerte podíamos bajar música vía Napster. Era como pasábamos la mayoría del tiempo y no todo el mundo tenía una conexión a Internet. Si comparamos esa época con la experiencia de navegar por Internet hoy, no se parece en nada, ni siquiera en lo que respecta a dispositivos o a velocidad.
Hablando específicamente del contenido, ¿cuándo fue la última vez que ustedes entraron a un foro? En los años 2000 era muy común. Hoy las personas comunes no saben lo que es.
Antes de los años 2000, redes sociales o buscadores no existían. Yahoo! y Altavista existían como motores de búsqueda pero estaban lejos de lo que Google puede hacer hoy. Esto nos ponía en una posición en la que era muy difícil encontrar algo interesante en Internet. Había muy poco contenido y el que había nadie sabía cómo acceder a él, a diferencia de las redes sociales que lo traen hasta nosotros.
De esa época eran los primeros blogs hacia finales de los 90. Los blogs eran muy diferentes a lo que conocemos hoy. Debido a que no había plataformas especializadas, estos consistían en sitios personales en los que sus autores compartían links hacia lo poco interesante que había en Internet en esa época. Cada vez que se compartía algo nuevo, lo más antiguo se iba desplazando para abajo, que es lo que a final de cuentas se acabó manteniendo, y que hoy está presente en la estructura como Facebook, Twitter o Instagram organizan la información, con una línea del tiempo que va de arriba para abajo.
De sitios personales a plataformas de blogs
Ya en los años 2000 fue que aparecieron las plataformas especializadas, como Blogspot (Google), WordPress, Tumblr o Medium. Esto permitió que los blogs no se trataran más de solo compartir links, sino que hizo más fácil el compartir ideas sin requerir un conocimiento avanzado en programación web, que fue como sucedió en la era anterior, en que había que saber programar para poner un blog al aire.
De hecho, en los años 2000, algo que tuvo un fuerte impacto en el crecimiento de los blogs fue la guerra contra el terrorismo (2001), con más y más voces queriendo comentar lo que se veía en aquel momento, tomando una posición contra o a favor.
Los blogs fueron parte de los primeros pasos del contenido generado por los usuarios, que es también el modelo que siguieron años más tarde Facebook, Twitter e Instagram. Ninguna de estas compañías gana dinero generando contenido. Es el contenido generado por los usuarios el que hace que las personas usen sus servicios.
Fue un poco después que yo creé este blog que están leyendo, en el año 2008. El panorama en Colombia, donde vivía en aquel momento, era equivalente. Para entonces ya había miles de blogs en español sobre todos los temas posibles.
Yo era de esos que pasaba gran parte de su tiempo leyendo blogs de otras personas y buscando información, hasta que se me ocurrió crear el mío, y empecé hablando justamente de terrorismo y temas políticos sin siquiera ser un experto. En Colombia había un ambiente muy hostil debido al conflicto interno con las Farc, y un blog para dar mi punto de vista fue lo que se me ocurrió en aquel momento. Aunque esos escritos sigan estando disponible 12 años después, lo más seguro es que hoy yo piense diferente respecto a algunos temas. Por eso pienso que los blogs son nuestra memoria escrita de lo que pasó en un momento determinado de la historia.
El blog cambió de temática muchas veces. Yo no era ningún experto en blogs y no sé si hoy lo sea, pero al menos hoy tengo más claro lo que estoy haciendo. Entre 2008 y 2010 parecía más que yo estuviera adivinando lo que estaba haciendo. No tenía una consistencia en el tiempo, cambiaba de temáticas cada vez que publicaba algo nuevo, no tenía un estilo propio y no sabía ni formatar un post. Años después entendí por qué las personas no me leían o siquiera encontraban mi blog.
Al final, lo que mantuvo a flote el blog en esos primeros años fue más mi deseo de compartir mis ideas, que la forma que yo les diera a ellas.
Facebook: creando comunidades
Con esos antecedentes fue que poco a poco el blog fue adquiriendo la forma y el estilo que tiene hoy. Y por increíble que parezca, hay gente que lee este blog por las ideas que traigo para discutir. Hay gente que me busca en Instagram o en Twitter para preguntarme cosas después de haber leído algo aquí. Reciben la Newsletter. Comentan o simplemente vienen, leen y no dan ninguna señal de vida. Es un grupo significativo de personas que pasa por aquí de vez en cuando.
Sin querer, acabé creando una comunidad. No es una comunidad de miles de personas. Ya quisiera yo. Es una comunidad de lectores que sabe que este blog y su autor existen, y que a cada cierto tiempo vienen a ver si hay algo nuevo.
Con ese conocimiento que adquirí casi sin querer sobre creación de comunidades, entre 2015 y 2016 creé 2 comunidades en otro ambiente que para entonces ya dominaba Internet: Facebook.
Si en los años 90 Internet era un lugar descentralizado con sitios web pulverizados y difíciles de encontrar, para 2015 el panorama había cambiado por completo. Internet era algo mucho más centralizado en propiedades de 4 empresas: Facebook, Amazon, Google y Apple.
Para saber más sobre el concepto de propiedades que menciono aquí, lean este post publicado aquí en 2018: Instagram: vida, crecimiento y ¿decadencia?
En la última década, Facebook acabó creando una Internet paralela. Había gente, especialmente de muy bajos recursos, que no concebía una Internet sin Facebook. Pensaban que estar en Internet era literalmente estar en Facebook porque no conocían nada más. Y esto llegó a ser más delicado, inclusive, cuando Facebook lanzó Internet.org, que esperaba conectar más usuarios a Internet en países en vías de desarrollo a algunos servicios básicos en cada país, entre los cuales estaba Facebook, que se consideraba a sí mismo un servicio básico al que todo el mundo debería tener acceso (!).
El problema de esta propuesta de Facebook es que pone en riesgo el concepto de neutralidad en la red, según el cual todo el tráfico web debe ser tratado por igual. ¿Por qué Facebook sería un servicio esencial y Twitter no? He aquí el problema.
En efecto, en los últimos años Facebook pasó a ocupar un lugar muy importante de nuestras vidas, y fue aquí donde acabé creando esas otras dos comunidades.
En 2015 empecé a ser más activo en grupos de Facebook. Ese año de hecho encontré el lugar donde vivo en este momento gracias a un grupo de Facebook sobre alquiler de cuartos y apartamentos en Sao Paulo. Los grupos de Facebook estaban mucho más avanzados en Brasil, que en Colombia. En Brasil había literalmente grupos para todo. En Colombia muchos de los grupos que había ni siquiera eran bien administrados.
Estar expuesto a grupos para todo me abrió los ojos y me dio algunas ideas nuevas. Participaba mucho en dos grupos en ese momento: uno de clientes Nubank y otro sobre Facebook Ads – Brasil. Ninguno de esos grupos era administrado por alguna de esas empresas. Era gente común y corriente que los había creado y su única intención era aglomerar a quienes tuvieran interés en estos productos para que hicieran preguntas y se ayudaran entre todos.
Si quieren saber más sobre Nubank, que era uno de esos grupos, pueden leer un post que escribí aquí en el blog: entendiendo el éxito de Nubank en Brasil.
Con el tiempo y tras familiarizarme más en la dinámica de los grupos de Facebook, de hecho mi tesis de maestría (2014-2016) tenía un componente de grupos y comunidades en Facebook, lo que hizo que me interesara inclusive más en estos asuntos para esa época.
Todo esto me dio un par de ideas. La primera fue darme cuenta de que, aunque en Colombia existían comunidades de Social Media, influencers y otras cosas, no existía un grupo 100% dedicado a Facebook Ads como sí lo había en otros países o de lengua inglesa. Además, el trabajar con esto desde 2015, me daba un poco de autoridad para yo mismo empezar un grupo de este tipo.
También vi que, en Brasil en ese momento, no había un grupo de Transferwise, un servicio que empecé a usar en esa época (escribí al respecto en 2016). Este servicio servía para enviar dinero entre países, algo que he tenido que hacer varias veces desde que me fui de Colombia.
Creé entonces los grupos
Al momento de crear ambos grupos, yo era el único miembro. Nadie sabía que existían. Lo que hice fue agregar a amigos cercanos que tuvieran alguna relación con estos servicios y les comenté lo que tenía en mente. La idea de los grupos era que las personas se ayudaran entre sí. Que preguntaran lo que quisieran y les aseguré que siempre tendrían una respuesta (así fuera mía). Con el tiempo esas respuestas vendrían de los demás miembros del grupo.
Algo que aclaré en ambos grupos desde el comienzo es que son 100% NO oficiales. Yo no tengo ninguna relación comercial con esas empresas.
Al comienzo los miembros eran pocos y la actividad casi nula. Cuando alguien de forma privada me preguntaba algo sobre el asunto, yo los ayudaba y a cambio les pedía que preguntaran eso mismo en el grupo para que más personas supieran la respuesta, y al mismo tiempo perdieran el miedo de preguntar también. Es decir, la primera actividad que hubo no fue 100% orgánica.
Eso comenzó a generar actividad poco a poco, y los pocos miembros de la época iban invitando más gente nueva. A veces yo les decía a amigos con contactos: «yo sé que tú conoces mucha gente que trabaja con esto. ¿crees que haya algún problema si los agregas al grupo?». La mayoría de las veces la gente está dispuesta a ayudar.
Y así estos grupos fueron creciendo, inicialmente con intervención mía directa, hasta que poco a poco fueron ganando gente de forma más orgánica sin depender tanto de mí y sí de los demás miembros.
Yo también empecé a participar más en algunos grupos relacionados sobre Facebook Ads, Social Media, productos financieros y colombianos en el exterior. Cuando yo respondía alguna pregunta en uno de estos grupos, solía aprovechar el espacio para invitarlos a particiar del mío. Y como mis respuestas eran de buena calidad, eso generaba confianza sin que pareciera Spam. De hecho, en los grupos que manejo hay cero tolerancia con el Spam. La moderación de lo que allí se publica es una de las cosas que siguen dependiendo 100% de mí.
De 2016 hasta comienzos de este año, los dos grupos superaron los 1.000 miembros. A esta altura del año, ambos están cerca de llegar a los 2.000. En 6 meses logré lo que antes me había tomado 4 años, y todo esto sin habérmelo propuesto. Mi única intención desde que empecé el blog, en los grupos y en lo demás que hago en la vida es compartir mi conocimiento y buscar gente que tenga intereses similares.
¿Por qué comunidades?
En el año 2017 Facebook cambió su visión. Si antes su objetivo era hacer del mundo un lugar más abierto y conectado, su nueva misión pasó a contar con la palabra comunidad.
En tiempos como estos, lo más importante que Facebook puede hacer es desarrollar la infraestructura social para dar a la gente el poder de construir una comunidad global que funcione para todos nosotros.
M. Zuckerberg
Esto solo fue posible después de escándalos como Cambridge Analytica, la victoria de Donald Trump en 2016 y el uso que los rusos le habían dado a la plataforma. Sin estos escándalos, Facebook no hubiera cambiado el rumbo de la compañía desde entonces.
Muchas veces en los últimos años pensé si los blogs estaban muertos. Evidentemente la actividad que hubo hasta hace unos 10 años disminuyó mucho. Hoy pocos saben qué es un RSS o qué es FeedBurner, tecnologías que hacían que un blog funcionara. Las personas conocen WordPress no porque haya popularizado los blogs en su momento, sino porque es la forma más fácil de montar un sitio web o un eCommerce.
Al mismo tiempo, las personas comenzaron a pasar más tiempo en redes sociales y plataformas de mensajería instantánea. Esto tuvo un gran impacto en la creación de contenido en blogs, pues para muchos era más fácil escribir un tweet o compartir un status en Facebook, que escribir un texto enorme que no se sabe si alguien va a leer. Incluso lo que yo llamo de la banalización de la fotografía, presente en Instagram y Snapchat, lo empeoró aún más, pues cualquiera puede tomar una foto de mala calidad y subirla en formatoo de Historia. Esto es más fácil que escribir un texto.
Sin menospreciar el trabajo de quienes generan contenido audiovisual de altísima calidad, lo cierto es que son una minoría. Para cada generador de contenido de alta calidad, hay 9 generando contenido mediocre, y esto llena el espacio de las plataformas de contenido basura.
Con el tiempo entendí que los blogs en efecto no murieron, pero sí pasaron a tener menos actividad. Hoy casi nadie comenta una entrada. De 2015 para atrás eran muchos comentarios. Los blogs se transformaron y hoy son solo uno de los muchos espacios en los cuales puede estar presente una comunidad. En los últimos 20 años, esas mismas comunidades empezaron a utilizar otros servicios como Facebook, donde se fueron estableciendo nuevas comunidades.
Pero los mismos miembros de esas comunidades se mueven de un lugar a otro. Van de Facebook a Instagram y de Instagram a Twitter, pasan por YouTube, usan WhatsApp y se bajan Snapchat pero no lo usan. A lo largo de todo ese camino, en un pequeño momento descubren un blog por casualidad. Algunos nunca regresan a ese blog. Otros pocos siguen en contacto.
Y al final a lo que todo apunta es a que todos podemos crear una comunidad. No necesariamente todos vamos a crear un blog o un grupo de Facebook, pero sí que podemos buscar entre todos los intereses que tenemos alguna comunidad ya existente y ayudarla a crecer, compartiendo nuestro conocimiento y experiencias. Lo más seguro es que allí afuera haya más gente que piense muy parecido a nosotros. Y si no es así, nosotros mismos podemos iniciar esa comunidad desde ceros, que fue como me pasó a mí de forma accidental.
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Imagen: Thomas Hawk