Para leer la primera parte, ve al siguiente enlace:
http://www.mirincon.co/2015/03/opinion-spotify-premium.html

Si hace unos años la vida para mí hubiera sido imposible de llevar sin la televisión, creo que hoy lo sería sin Netflix. Suena exagerado, pero así es. Gran parte de lo que soy se lo debo a MTV, Nickelodeon, FOX, Much Music, VH1, Sony y un largo etcétera. A finales de los 90 y comienzos de los 2000 las conexiones de Internet no eran tan rápidas, no existía YouTube y para ver cualquier serie había que esperar al menos una semana para el episodio siguiente. Cuesta creer no que todo eso ya no sea así, sino que todo haya sido tan rápido, y que al mismo tiempo nuestros hábitos de consumo se hayan adaptado a la misma velocidad. Hoy es normal no tener televisor, y más que depender de un computador, dependemos de pantallas interfaces con las que podamos interactuar. De ahí que si con la televisión nos limitábamos a cambiar de canal y subir el volumen, con un computador, una tableta y un celular podemos, además, interactuar con otras personas.

Pero no es solo interactuar. Es el hecho de que, siempre y cuando tengamos encima una conexión a Internet, tenemos todo un centro de entretenimiento en el bolsillo, y ahí es donde ganan especial atención aplicaciones como Spotify, YouTube, Amazon Kindle, el RSS y cuanto juego idiota como FlappyBird nos pongan. Netflix, por su parte, es un caso aparte. Es de los pocos servicios que no tiene nada de gratis, solo 30 días. Después de eso uno entra y no vuelve a salir nunca. Se vuelve algo indispensable en la vida de uno. 

De eso me di cuenta con Breaking Bad. Toda la gente que conozco que se vio la serie no lo hizo por AXN, que era la cadena que la emitió para Latinoamérica, sino por Netflix o por torrents en algunos casos. Fue lanzada por allá en 2008, pero Netflix la volvió famosa en 2012 cuando todavía faltaba al menos 1 año para la emisión del episodio final.

Y traigo este ejemplo como el más representativo del hecho de que para pertenecer a ciertos círculos sociales es necesario compartir algo con todo el mundo. Es el estar comiendo con un grupo de amigos, donde todos hablan de una serie, y uno pueda llegar a ser el único que no sepa de qué están hablando. Pero Breaking Bad es solo una serie. Hay muchas más, y me ha pasado. 2 Personas hablando entre sí de una serie que uno no conoce y uno no tener nada que decir, solo hacer pokerface.

Este efecto se está replicando rápidamente, pues Netflix está produciendo series originales que no son transmitidas en televisión. Si las quieres ver, no tienes más opción que pagar unos $8 USD mensuales, mucho menos que una cena para una sola persona. Más que ver series, este es el precio a pagar para no ser considerado un anormal. Bueno, en Latinoamérica todavía no, pero en Estados Unidos todo el mundo tiene una cuenta, al igual que en Brasil todos los comercios tienen mínimo un datáfono. Algo que parece tan insignificante hace la diferencia. ¿Recuerdan un episodio de Los Simpson en el que mandan a Homero a un manicomio porque tenía una camisa que era rosada? Es eso mismo: hay que hacer lo que todos los demás están haciendo o correrás el riesgo de parecer un extraño.

Hoy cada vez más gente está hablando de House of Cards y en menor medida de otras producciones como Bojack Horseman, Lilyhammer, Orange is the New Black y próximamente Daredevil, entre otras. Los planes de Netflix son estrenar una serie semanalmente. Hoy ya tienen una veintena de estas, y de a poco han hecho que las audiencias más jóvenes ni siquiera pasen por la televisión. ¿Por qué habrían de hacerlo? Tienen acceso a entretenimiento sin cortes comerciales y la posibilidad de hacer maratones, es decir ver series completas en un fin de semana. ¿Saben cuántos años fueron necesarios para seguir Seinfeld o Friends por primera vez de principio a fin hasta el último capítulo? ¡Una década! Y seguramente llegue a pasar algo parecido con las series originales de Netflix. De hecho la segunda temporada de Lilyhammer tardó año y medio en ser presentada y solo tenía 8 episodios. ¿Cuál es la diferencia entonces?



La gran diferencia es que Netflix tiene acceso a datos de millones de usuarios en tiempo real sobre los cuales pueden tomar decisiones. Saben cuántos minutos al día ve cada usuario, qué ve, qué tipo de contenidos, cuáles son los menos populares y en fin. Deben saber más de nosotros que nosotros mismos. Esta información siguen sin tenerla los canales de televisión, pues su forma de medir se basa en muestras que no abarcan al 100% de los televidentes, y aunque tengan márgenes de error muy bajos no tienen acceso a la misma cantidad de información ni en tiempo real. Además por lo general las cadenas de televisión utilizan esta información con fines comerciales, o sea para vender pauta, no para mejorar sus producciones.

Todo esto sirve para explicar por qué Netflix tiene tanto éxito. Desde finales de los 90 rentando películas de DVD por correo han pasado por el proceso desde que la televisión empezó a perder su poder hegemónico, hasta hoy conocer a cada uno de sus usuarios personalmente. Nos conoce tan bien que tiene un algoritmo para saber qué programas nos podrían gustar con base en lo que hayamos visto antes.

Además de todo lo anterior, hay una serie de detalles más técnicos por los que Netflix es lejos mejor que toda su competencia. Hulu y Amazon Instant Video no funcionan por fuera de Estados Unidos. Crackle tiene un catálogo muy pobre. PopCorn Time no tiene el respaldo de las productoras. Y Fox Play o Caracol Play tienen catálogos solo de sus propias producciones. Quizás lo que más se le acerca sea HBO Go que a tiempo se dio cuenta de que tenía que cambiar algo de su modelo de negocio y empezó a migrar hacia la web y a hacer sus propias producciones. De cualquier manera, dejando por fuera a HBO, Netflix es todo lo contrario que todo lo que los demás servicios ofrecen.

Y aun así hay gente que todavía le pasa factura a Netflix por no ser perfecto ni ser igual a lo que hay en Estados Unidos: películas viejas o pocas series son las críticas más recurrentes, pero por lo que me he dado cuenta es que casi siempre son de gente que no pasó del mes de prueba ni se ha sentado a ver juiciosa una serie de comienzo a fin. Yo por mi parte creo que las fallas de Netflix pasan por la falta de contenidos locales. Pasaron 4 años para incluir El Cartel de los Sapos, quizás la mejor serie colombiana de la historia y acaban de poner En la Boca del Lobo basada en el libro de William Rampel, la historia del cartel de Cali. Pero no hay nada de Escobar, El Capo, Pandillas Guerra y Paz, Francisco el Matemático o La Mujer del Presidente, solo por mencionar algunas de las más populares producciones de las dos últimas décadas en Colombia. Es diferente el caso de Netflix Brasil, donde hay una sección solo de películas brasileras. En otras palabras, se tomaron el trabajo de recopilar contenidos solo para el público de este país.

Pero más allá de esto, Netflix tiene todo para ser un servicio del que uno nunca se va a salir. Funciona en computadores, tabletas, celulares, televisores inteligentes, producen sus propias series y están todo el tiempo negociando por incluir nuevos contenidos. Si no hay algunas series populares en específico, como es el caso de Colombia, es más por la prioridad de tener penetración en mercados más grandes como Estados Unidos o Brasil, cada uno con más de 200 millones de habitantes, pero lo más seguro es que sea solo cuestión de tiempo de que haya acceso a los mismos contenidos desde cualquier país. Ahora pregunto, ¿se saldrían de su plan de televisión por cable que cuesta 5 veces más?, si la respuesta es no, ¿cuál sería el motivo para salirse de Netflix?

Imagen propiedad de Garreth Miller