Imagen: Doc Searls y Matthew Guay
Buffer perdió cerca de la mitad del tráfico web en los últimos 12 meses, tituló Kevan Lee en un post publicado en el blog de la compañía hace unos días. Buffer es un servicio web que permite programar publicaciones en Facebook, Twitter, Google+ y LinkedIn con solo unos clicks. Hace unos días mencioné precisamente a Buffer entre las compañías que competían contra medios de comunicación en línea aun cuando estaban en un segmento de negocio diferente. Hay muchas compañías cuyo foco no es la información, mas la utilizan para atraer clientes potenciales que algún día acabarán comprando sus productos. Por otro lado, el foco de los medios de comunicación es la información, pero no ofrecen nada más allá de eso. Y ambos compiten por audiencia.
Todo lo anterior nos lleva a un problema: estamos generando más información que la que toda la Internet junta podría consumir. Bien, la verdad siempre hubo mucha más información de la necesaria. Lo que pasa es que, cuando los medios de comunicación eran offline, ellos controlaban el canal de distribución. En el caso de los periódicos y las revistas, tenían gente especializada en vender suscripciones o ediciones individuales en puestos de revista que se encargaran de que el producto llegara en algún momento al cliente final.
Con Internet esos intermediarios fueron reemplazados por unas pocas empresas en las que cualquier persona puede publicar cualquier cosa. Para consumir información hoy estamos entre Facebook, Twitter y LinkedIn, hacemos búsquedas especializadas en Google, Quora o Academia.edu, y —de nuevo— cualquier persona o empresa puede hacer llegar sus contenidos a estos sitios para conectar con el lector final sin intermediarios.
El RSS es algo que hace esto posible para blogs. Un blogger puede conectar con sus lectores cada vez que sea publicado algo nuevo en su blog. Esto evita que el lector tenga que visitar cada blog para saber si algo nuevo fue publicado. Aplicado a 100 o 200 blogs puede ser algo muy práctico. El problema de esta tecnología es que era más utilizada por los bloggers vieja guardia, los que empezamos a escribir en la década pasada. Hoy no es muy común oír hablar de Feeds RSS y Google en su momento llegó a matar su herramienta que hacía esto posible.
¿Por qué esto pasó? Porque hoy hay formas más fáciles de seguir blogs. Todo el mundo está en Facebook. Todo el mundo está en Twitter. Hoy cada vez más gente usa LinkedIn. Resulta más sencillo enterarse de lo que está pasando en el mundo por medio de familiares, amigos o personas a las que seguimos por esos medios, que aprender a utilizar una tecnología de la que hoy casi nadie habla.
(Usar el RSS hoy es hasta complejo para algunas personas. Hay que copiar el enlace del feed RSS del blog que queramos seguir, que de hecho a veces no es fácil de encontrar, y pegarlo en el lector que estemos utilizando. Feedly, por ejemplo. Nunca fue tan sencillo como el botón de Like o de Seguir).
Medium, por su parte, hizo que seguir blogs fuera más fácil. Crearon una plataforma que pretende atraer a los bloggers que o hasta ahora están comenzando o que nunca se adaptaron a las opciones que había ahí afuera: WordPress y Blogger. Medium a la final es como un Twitter en el sentido de que uno puede seguir y ser seguido por cualquier persona que tenga una cuenta. Son mostrados autores similares a los que uno sigue y así de fácil es mantenerse al tanto sobre temas que uno considere de interés.
Todo lo anterior para decir que hoy es muy, muy, muy fácil mantenernos informados. Puede ser sobre temas banales o sobre temas realmente de interés si aprendemos a lidiar con todos estos servicios que nos lo facilitan.
Hay quienes desde la academia analizan en el hecho de que mucha de la información que consumimos todos los días (zetabites de información, la verdad) está mediada por algoritmos. En el caso de Google, hay un algoritmo que nos muestra en una página 10 resultados. Nadie pasa a la página 2. Facebook tiene un Newsfeed que de alguna forma consigue organizar lo que nuestros 500 amigos y 800 páginas que seguimos publican. El Timeline de Twitter no es tan complejo porque muestra de arriba para abajo de lo más reciente a lo más antiguo. El problema es que en un segundo son publicados 6000 tweets. Y sea que sigamos muchas o pocas cuentas, nunca estaremos al tanto de todo lo que pasa en un día.
El vídeo de abajo de DuckDuckGo explica cómo aplica lo anterior para el caso de Google.
Cuando en el título de este post hablé de la readaptación de los blogs me refería a cómo los medios de comunicación debían adaptarse a la sobresaturación de información a la que estamos expuestos. Yo en mi caso perdí al menos 2/3 del tráfico de mi blog hace más de 1 año. Creí que había sido por una penalización de Google, pero el post de Kevan Lee que mencioné en el primer párrafo me hizo pensar que quizás la explicación era otra: hoy estamos compitiendo por la atención contra miles más que hacen lo mismo que nosotros: escribir cosas en Internet.
Hoy seguir blogs no es como en la época del RSS. Nuestras audiencias están dispersas entre varias pantallas y servicios web. No importa si es ElTiempo.com, The Washington Post, The Next Web o el blog de alguien que conocemos. Todos pueden utilizar los mismos canales para llegar al usuario final, y solo los que realmente entiendan el comportamiento de sus audiencias, así como los algoritmos de los canales que hoy existen acabarán no desapareciendo.
Esto nos lleva a otra cuestión tan compleja como la que acabo de explicar en este post: hoy hay que invertir dinero para conseguir audiencias. ¿Invertir cómo? Podemos pagarle a un SEO que entienda cómo funciona Google. Podemos pagarle a alguien que entienda cómo funcionan las comunidades en línea. Podemos pagarle a un Planner Digital para que nos traiga tráfico de calidad y lectores por medio de anuncios pagos. Hay mil formas más. Podemos hacerlo nosotros mismos también. Pero sea como sea todos los caminos son de largo plazo y toman tiempo en consolidar una audiencia. Hay que crear conexiones reales entre quien escribe y quien lee. O la otra es no adaptarnos y quedar a la merced de los algoritmos que organizan toda la información que hay Internet.