Fue hace casi 1 año que Google sorprendió a la Internet con el anuncio del cierre de Google Reader, una herramienta que servía para seguir blogs, casi de la misma forma en que uno sigue cuentas en Twitter. Era muy útil, ya que nos permitía seguir cuantos blogs quisiéramos en una interfaz amigable y rápida, en la que se nos presentaba solo el título del post, la fecha y el nombre del blog. Esto ahorraba todo el trabajo de entrar uno por uno a nuestros sitios favoritos y ver si había algo nuevo. En cambio podíamos simplemente ver un Timeline con títulos, y si uno nos llamaba la atención lo leíamos sin tener que ir al sitio. Todo se podía hacer desde ahí, incluso compartir o guardar para leer después.


Aunque a la semana siguiente ya había aplicaciones que cumplían exactamente la misma función como Digg, Feedly o The Old Reader, entre un par de otras, la cuestión no era si se podía reemplazar o no, sino que Google les quitaba a 5 millones de usuarios una herramienta tan útil como lo era Gmail o Google+, y todo era por presiones de sus inversionistas tipo: «no nos está generando las ganancias suficientes«. Algo increíble cuando Google vende celulares y tabletas a pérdidas con su serie Nexus.

En esa oportunidad, apoyé la propuesta de Enrique Dans de abandonar gradualmente los servicios de Google. Google había dejado de ser el ‘Don’t be Evil’ que fue a finales de los 90, y había pasado a convertirse en el nuevo Microsoft, el dueño de un monopolio a nivel mundial. Google hoy no es solo un buscador. Es el dueño de la página de vídeos más vista del mundo, tiene 2 sistemas operativos, tiene una línea de productos para computadores, tabletas y celulares, es un gigante de la publicidad y está hasta desplegando su propia red de fibra óptica en Estados Unidos.


Google está presente en prácticamente cualquier aspecto de nuestras vidas y se ha conevrtido en El Gran Hermano que todo lo ve, pues sabe todo de nosotros si usamos Google Chrome, o incluso si tenemos una cuenta de Gmail sabe quiénes son todos nuestros contactos. Sería penoso que nuestra impresora cobrara vida y empezara a imprimir todas nuestras búsquedas cuando no estemos.


Bajo ese panorama yo también en su momento me propuse a abandonar gradualmente los servicios de Google. Solo no estaba dispuesto a hacerlo con Android, pues a diferencia de otras líneas de producto de Google, Android en su momento fue una empresa independiente a la que aún hoy sigo viendo como símbolo de lo que es una Startup. Pero más allá de eso estaba dispuesto a dejar de usar el buscador de Google, Gmail, Google+, Google Drive, Google Maps…en fin.


Hoy un año después hago el balance y debo confesar que perdí este pulso frente a Google. No pretendía acabarlo, y obviamente sabía que si fuera solo por mí no iba a generar ningún cambio real, pero sí quería sentar una posición ante muchas arbitrariedades en las que estaba cayendo Google.

Entre otras razones, creo que tendría que analizar producto por producto para explicar mi derrota. Por ejemplo, con Google Search, al intentar reemplazarlo por DuckDuckGo, me di cuenta de que hasta Bing y Yahoo! están lejos de tener un algoritmo tan potente de búsqueda como para algún día competirle a Google. Hoy TODOS los productos de Google extraen información de nosotros y con esto mejoran el buscador. Dudo mucho que Microsoft pueda hacer algo parecido con Outlook, Skype y OneDrive. O Yahoo!, aunque tenga negociaciones con Apple para ser el buscador por defecto de Safari y iOS, es posible que pueda aumentar su cuota de mercado, pero no mejorar su buscador.

Además de lo anterior, en su momento me puse la tarea de emigrar este blog hacia otra plataforma. Opté por MovableType, ya que Blogger es, también, propiedad de Google. No escogí WordPress ya que quería aprender a utilizar una plataforma nueva. Sin embargo, me di cuenta de que más que renunciar a un servicio de Google, iba a terminar perjudicado, pues cerca del 80% del tráfico de este sitio siempre ha dependido del tráfico orgánico, por más que me esfuerce en las redes sociales. Es decir, como expliqué hace unos días, de gente que busca o le pregunta algo a Google, y por alguna razón yo aparezco ahí. Si lo hacía, si abandonaba Blogger, iba a ser un desgaste inútil. Iba a perder tráfico, todos los comentarios y, lo más importante, tiempo.



Pero no todo tiene que ver con el buscador. En diciembre mientras leía el libro de SEO y Inbound Marketing de MOZ, me di cuenta de que estaba usando mal Gmail, y que lo podía convertir en una poderosa herramienta de productividad (en ese libro hay un capítulo completo dedicado a cómo usar Gmail). Todo era cuestión de aprenderlo a utilizar bien, y no solamente para enviar y recibir correos como hace todo el mundo.

Y por no alargar el asunto, porque me podría quedar explicando por qué cada servicio de Google es excelente, solo quiero resumir el por qué el título de este post en lo siguiente: aunque Google hace años haya abandonado su filosofía de ‘Don’t be Evil’ y haya pasado a ocupar el lugar que tuvo Microsoft en los 90, toda esa información que alguna vez le hayamos entregado va a ser utilizada para hacernos la vida más fácil. Yo no soy tan simplista para decir que Google es gratis porque le entregamos nuestra información. Así sea cierto, hay algo bueno detrás y es hacernos la vida más sencilla con un producto de calidad. Si les parece que me equivoco, los invito a que usen Bing por una semana, abran un blog con MovableType, utilicen alguna plataforma de WebMail o busquen sus vídeos en MetaCafe en vez de YouTube.

Por eso me rendí y perdí mi batalla frente a Google, porque si lo hacía me iba a complicar la vida inneecesariamente.
Imagen propiedad de Stephen Shankland