Hace 15 años nadie se hubiera imaginado ver a Microsoft en la posición donde se encuentra actualmente. En menos de 2 décadas, pasó de ser el dueño del monopolio de la tecnología a nivel mundial, a solo uno más entre muchos actores que hoy también lo quieren ser.
En el campo de los dispositivos móviles, Windows Phone lleva varios años por detrás de Apple y de Android, disputando a duras penas un tercer lugar con BlackBerry. Fue tan delicada la posición de Microsoft, que tuvo que buscar una alianza con otro grande de la telefonía móvil de tiempos pasados: Nokia. Algo que no les ha gustado a los inversionistas de la firma finlandesa. Aún así, hoy los 2 siguen en una posición tan frágil, que empresas más pequeñas como Mozilla, más conocida por Firefox, y Canonical, famosa por Ubuntu, empresas que hasta hace poco nadie hubiera imaginado en el mercado móvil, están presentando productos quizás tan buenos como los de sus rivales.
En cuanto al área de los navegadores, no conozco a la primera persona cuya primera opción sea Internet Explorer, que alcanzó a tener una popularidad cercana al 99% en los años 90. Hoy son Opera, Chrome, Firefox y Safari algunos de los que tienen el privilegio de ser la primera opción de millones de usuarios alrededor de todo el mundo. Hoy incluso la misma campaña de publicidad de Microsoft para promocionar Internet Explorer parte de que fueron y son el hazmerreír de todo el mercado.
Y por el lado de ordenadores portátiles y de escritorio las cosas no van mejor. Las ventas siguen cayendo en picada, y con ello, los ingresos por venta de licencias de Microsoft Windows de los equipos que vienen por defecto con este sistema operativo. Hoy seguramente Apple sea la primera opción de alguien que quiere un equipo moderno. En mi caso, yo dejé Windows 2 años atrás y me pasé a Ubuntu y no me ha hecho falta. Síntomas de que las cosas en Redmond no están nada bien.
X-Box One, ¿un fracaso más?
Hace unos días, tras el anuncio de la nueva consola de Microsoft, no fueron pocos los que quedaron decepcionados, entre otras cosas porque la nueva Play Station la opacó. Entre otras cosas porque la nueva X-Box One tenía que estar conectada cada 24 horas a Internet para que pudiera funcionar; no sería compatible en todos los países del mundo; y contaba con una ridícula restricción para evitar copiar o transferir juegos a otras personas. Fue como una mala copia de Steam.
¿Por qué todo lo anterior fue una mala idea? Simplemente porque todos los usuarios de Internet, de videojuegos, de música o películas en línea queremos más libertad y que no nos restrinjan nada. Los anuncios recientes iban en contra de esta filosofía. El hecho de no podernos conectar a Internet, lo cual es muy común en países emergentes, ya nos corta el derecho a jugar en la consola que compramos y por la que pagamos un juego. ¿Y qué si estamos de viaje? La X-Box One alcanzó a ser como un pisapapeles bajo estas circunstancias. Y pasaría lo mismo si hubiese llegado a caer en manos de una persona por fuera de México, Brasil u otro de los países donde sí funcionaba.
Finalmente la horda furiosa de usuarios hizo cambiar de parecer a Microsoft y dieron marcha atrás una decisión que ya estaba tomada. ¿Había que llegar a estos extremos?
Desde que Bill Gates dejó como CEO de la compañía a Steve Ballmer por allá en el año 2000, las cosas comenzarón a ir mal: apareció un Zune que no pudo competir con el iPod; Internet Explorer perdió el dominio de la web; llegó un decepcionante Windows Vista; acabaron con una marca tan querida como Hotmail y nunca pudieron capitalizar lo que en su momento fue MSN Messenger, que se hubiera podido convertir en lo que consiguieron en su momento BlackBerry y WhatsApp, como las plataforma móviles de mensajería instantánea más populares del mercado; o lo que es Facebook hoy: la red social más utilizada en todo el mundo.
Así las cosas, me parece que Microsoft no tiene a dónde caer porque está por tocar fondo. Ya viene siendo hora de que la compañía asuma una autocrítica y deje de hacer comentarios ofensivos frente a la competencia, como ha pasado con Apple, Android y Dropbox como único instrumento para cambiar las cosas. El cambio de rumbo con X-Box One es una buena señal que debería iluminar a toda la organización. Aún así, no quisiera estar en los zapatos de Microsoft.
Daniel Afanador
Twitter: @Daniel_Afanador
Imagen propiedad de wonderlane
Sería bueno corregir que Xbox One no requería estar conectada las 24 hrs del día, lo que en realidad requería era conectarse continuamente a la red en lapsos que no sobrepasaran las 24 hrs. De lo contrario quedaría casi como un hermoso, y costoso, pisapapeles.
Gracias, Carlos, por comentar. Ya quedó la corrección (y)