Tarjeta de crédito prepago de Brasil
Esta semana compré en un supermercado de Sao Paulo una tarjeta de crédito prepago por R$15, que vienen a ser $12.000 pesos colombianos, o $6.8 USD aproximadamente (Link de la empresa que las comercializa). Para alguien que haya estado en Estados Unidos puede parecer lo más normal del mundo, pues en el mercado norteamericano hay también tarjetas prepago de Amazon, de Apple, de Play Station y hasta de Domino’s Pizza. De lo que quieran, mejor dicho. Allá les dicen Gift Cards. Las de crédito prepago son solo una más entre muchas (Estas últimas no son Gift Cards).
 
Este tipo de tarjetas por lo general viene cargada. Por ejemplo las Gift Cards de Amazon, una de $50 USD tiene un saldo a favor por ese valor. Si hacemos una compra de un libro de $10 USD, ahí se va descontando hasta llegar a $0. Esas son las tarjetas prepago, muy conocidas también en alguna época para recargar minutos al celular.
 
Pero también están las tarjetas de crédito prepago. Son diferentes por una razón, y es que vienen sin dinero cargado, independientemente de que, al menos en mi caso, hubiera costado R$15. Hay que activarla y recargarla en el banco. Qué gracia, ¿no? Para eso pido una tarjeta de crédito normal en mi banco y ya. No, la verdad es que el concepto es un poco más complejo. Ya sabemos que aunque los bancos prácticamente regalen tarjetas de crédito, no todo el mundo tiene una vida crediticia. Este sería motivo suficiente para que nos nieguen una tarjeta cuando la pidamos. En otros casos, algunos bancos se podrán negar a entregarnos el plástico por tener, según ellos, ingresos muy bajos.
 
El hecho de que una tarjeta de crédito se pueda comprar en el supermercado y la podamos cargar le permite, por ejemplo, a un padre de familia entregarle un plástico a sus hijos con dinero cargado semanalmente, y que ellos lo aprendan a cuidar desde pequeños. Si gastaron en un día lo que les debería haber durado una semana, solo así irán aprendiendo. En cambio, con una tarjeta de crédito normal esto no se puede hacer. Normalmente vienen con cupos tan grandes, que sería irresponsable dársela a un niño para que la aprenda a usar.
 
Pero además de lo anterior, las tarjetas de crédito prepago abren más puertas. En el caso de los que quieran ahorrar y no gastarse el poco efectivo que traen en el bolsillo, una buena idea es depositarlo y que se convierta en saldo a favor de dinero para que usemos más adelante. Claro, podemos tener una cuenta de ahorros en nuestro banco de toda la vida, pero si nos están cobrando cuota de manejo y además los intereses son insignificantes, no está mal ahorrar por varios frentes y no solo desde la alcancía. O pongamos el caso de alguien viviendo en otro país solo por un tiempo. ¿Se justifica en ese caso abrir una cuenta cuando podemos hacer lo mismo en el supermercado?
 
Pero en fin, lo de enseñar a los niños y a nosotros mismos a ahorrar es solo una parte de lo que les quería contar sobre por qué les deberíamos prestar atención a los sistemas de pago utilizados en Brasil, que no son solo este tipo de tarjetas. También están muy por delante en cuanto a pagos online y a pagos desde dispositivos móviles

Nos llevan tanta ventaja, que hasta comprando cerveza en la calle los vendedores cargan con un datáfono y prefieren que uno pague con tarjeta, a que les den un billete de alta denominación. He llegado hasta el punto de querer pagar solo unas fotocopias y de que me pregunten si no tengo tarjeta. O de ir lugares en los que el precio a simple vista de un producto X, vamos a decir unos zapatos, es muy bajo, pero cuando uno se acerca a mirar sale en letra muy pequeña que ese es el valor a cuotas con tarjeta.
 
En Colombia hasta hace poco las únicas empresas habilitadas para hacer transacciones de pagos por Internet eran PSE y Pagos Online. Así que si uno quería montar una tienda en línea, solo tenía estas dos opciones. Ni siquiera Paypal porque no hay forma de retirar el dinero en un banco. En Brasil de lo que me he dado cuenta es de que la competencia es más bien alta: Braspag, Moip, MercadoPago, Pagar.Me, PagoSeguro y estoy dejando varias por fuera. Ahh y funciona PayPal.
 
¿Pero por qué nos debería interesar que en Brasil haya más competencia que en Colombia? Primero analicemos lo siguiente: Brasil es como un país europeo incrustado en América Latina, según lo que yo he percibido. Tienen nuestras mismas costumbres, pero la barrera del idioma hace que no se sientan como parte del continente. Además su tamaño continental y los casi 200 millones de habitantes son suficiente para clasificarlos como un subcontinente. Solo el Estado de Sao Paulo tiene casi la misma población de Colombia: 40 millones de habitantes.
 
Según esto, un país como Brasil sirve de laboratorio antes de querer lanzar un producto en toda Latinoamérica. Aparte del idioma, el mercado brasilero reúne todas las condiciones que una multinacional va a encontrar en cualquier país que esté entre México y Argentina: pobre infraestructura, corrupción, impuestos altos, burocracia, pero sobre todo gente de la clase media y media-baja dispuesta a gastar su dinero si les ofrecen un buen producto. Por eso es que hasta hace poco una empresa que llegaba a Latinoamérica abría oficinas primero en Sao Paulo, antes que en otras ciudades del continente. Amazon, eBay, Viber y Twitter iniciaron operaciones desde Brasil inicialmente antes de su expansión. Hasta The Next Web hizo conferencia para Latinoamérica en Sao Paulo antes que en cualquier otra ciudad.
 
Si les iba bien, se expandían a otros países. Si el producto no funcionó, OK. Lo más seguro es que no funcione tampoco en otro país.
 
La cuestión de todo es que ver lo que está pasando en Brasil sirve de referencia para saber hacia dónde están yendo las ciudades a nivel Latinoamérica a nivel de tecnología y negocios. En Sao Paulo, por ejemplo, se usa Google Maps desde 2005 aproximadamente. Las direcciones son tan extrañas, que sin Google Maps uno no llega a ningún lado. Antes de eso usaban un libro del tamaño de una guía telefónica para no perderse. En Colombia, en cambio, hasta hace unos 2 años para acá la gente empezó a usar Waze, que después fue comprado por Google. Pero antes de eso era muy poca la gente que usaba Google Maps para buscar una dirección, más aún cuando Google Places hasta ahora está llegando.
 
El ejemplo de arriba nos puede dar una idea de cuánto tiempo pasó entre la adopción de una misma tecnología en 2 países que culturalmente son muy parecidos. Si le prestamos atención a lo que está pasando en Brasil en este momento, tal vez podamos llevar una idea de un millón de dólares a Colombia y volvernos millonarios de aquí a unos años. Quise mencionar el tema de los sistemas de pago al inicio porque es algo que creo que se va a volver cada vez más necesario, y si en Colombia solo hay 2 empresas quedándose con ese mercado, creo que hay grandes oportunidades para quedarse con un pedazo de la torta.
 
Empresas como Netflix, Uber, Google o Spotify le deberían prestar atención a esto y ver que hay un hueco que nadie está aprovechando: los bancos no le emiten tarjetas de crédito a todo el mundo, que es la forma como estos servicios funcionan, y hay gente queriendo usar estos servicios pero que por no tener tarjeta no lo puede hacer. La pregunta es: ¿por qué no lanzar Gift Cards o tarjetas prepago de algunos de estos servicios para llegarle al público que no tiene acceso a una tarjeta de crédito? 

La única empresa que me parece ha hecho movimientos (hasta ahora tímidos) en este sentido ha sido Bancolombia. Nos pueden generar una tarjeta prepago, pero está amarrada a nuestra cuenta de ahorros y ni siquiera es física. Solo se limitan a generar un número para ser usado en compras por Internet.

 
Brasil es el país de Latinoamérica al que llegan todas las buenas ideas de Estados Unidos y Europa antes que a todo el continente. Sin embargo, la barrera creada por el idioma impide que esas ideas se expandan en poco tiempo, y hasta que no se sepa si van a funcionar o no, ellas no nos van a llegar. Si les ponemos atención, como a los sistemas de pago, a todo lo que está pasando en cuanto a tecnología en Brasil, tal vez podamos exportar unas buenas ideas antes de esperar a que ellas se consoliden.
 
Ahí les dejo la idea.
 
Y ya que leyeron hasta aquí, los invito a seguirme en Twitter (@daniel_afanador), en Instagram (@daniel_afanador), a escribirme desde el formulario de contacto o a comentar aquí abajo. Saber que los contenidos de este blog ayudaron a alguien son el combustible para seguir escribiendo.