Cuando empecé este blog, mirando las primeras entradas vistas a la fecha de hoy, 6 años después, me parece que apestan. Tenía excelentes intenciones, me consideraba bueno escribiendo, lo disfrutaba, pero más que escribir bien yo lo que tenía era un buen poder de convencimiento y manejo de argumentos, mas no era nada pulido escribiendo. Era un poco más como un robot sin estilo. Ese estilo que no tenía lo he adquirido leyendo blogs y sitios de noticias en Internet todos los días durante años. Y, claro, escribiendo mucho.


Para adquirir ese estilo me tomó mucho tiempo. Muchos posts que si fuera por mí los borraría y temas de los que no volvería a escribir si me lo preguntaran hoy. Un ejemplo de ello lo traigo de un recuerdo del año 2012, cuando tuve la oportunidad de ser Blogger para Agua Brisa, que es una marca de Coca Cola en Colombia. En Brasil es conocida como Crystal, y en Argentina, como Bonaqua; pero la imagen es la misma.

No sé en qué estaba pensando el genio de la publicidad al que se le ocurrió que era buena idea ofrecerle a Coca Cola un Blogger que no tenía ni idea sobre medio ambiente para que hablara de cómo podíamos cuidar el planeta. Por esa época me enteré de que en el mundo de la publicidad cuando el año se va a acabar y una marca aún tiene presupuesto para gastar, entonces hacen aprobar proyectos así sea a las patadas para que no los castiguen con menos presupuesto al año siguiente. Bajo esas circunstancias fue que resulté escribiendo sobre un tema del que no tenía ni idea.

En fin, como tenía que alimentarme, y ya no tenía excusas para seguir en la casa sin hacer nada, decidí aceptar, lo que desde un punto de vista creativo fue un error: había aceptado escribir para alguien que aún sabiendo menos que yo sobre blogs y redacción básica me iba a decir dónde iban a ir las comas. Aunque un poco exagerado lo que acabo de decir, durante unos meses tuve que enviar artículos que pasaban por al menos 4 filtros antes de que me dijeran de vuelta que le tenía que quitar o arreglar unas frases porque no se ajustaban al mensaje que quería imprimir la marca. Y luego venían los 4 filtros de nuevo.

El problema de esto era que además de que me estaban condicionando sobre cómo debía escribir, me estaban condicionando la temática. Yo nunca había escrito sobre medio ambiente, y estaba haciendo mi mejor esfuerzo. Incluso hice una buena investigación sobre energía solar hasta con entrevistas; propuesta que posteriormente fue rechazada por uno de esos 4 filtros.

A lo de arriba le sumo un detalle que me parecía de mal gusto. Me habían llevado para escribir 2 posts semanales, pero hasta ahí iba mi papel dentro la campaña. Si yo hacía alguna sugerencia o incluso preguntaba al cliente qué tal habían estado los posts, no había ninguna respuesta. Eso quizás esté bien para alguien a quien le paguen por sentarse al frente de un computador, pero en todos los otros trabajos que he tenido y demás proyectos en que he participado siempre me destaqué por dar buenas ideas y aplicarlas.

Y algo más. Las 2 partes que habían hecho la negociación, desde mi agencia y desde el cliente, no sabían dónde estaban parados si les hubieran preguntado algo sobre blogs. Hoy después de haber trabajado en SEO por más de 1 año y con mi blog que para ese momento manejaba unas 3.000 visitas mensuales, creo que les hubiera podido dar unas buenas ideas de qué hacer y qué no hacer.

Todo lo de arriba para llegar a lo siguiente: trabajar bajo un ambiente en el que me decían todo lo que tenía que hacer, no podía proponer nada y en que me tenía que adaptar a la estructura que ya existía desde mucho antes de que yo llegara, solo sirvió para bloquear mi creatividad y perder la inspiración.

Yo soy del tipo que para escribir un post como este debo tener 10 pestañas abiertas y estar haciendo 10 cosas a la vez para que me fluyan las ideas. Eso implica estar con Facebook y Twitter abiertos y a la vez respondiendo correos o comentarios del blog. Es diferente a lo que dije hace unos días de cómo ser más productivo y dejar de perder el tiempo, ya que cuando escribo las distracciones no son un problema. En cambio cuando se trata de tareas que exigen altos niveles de concentración trato de no perder el tiempo.

La anterior es una parte de la historia de este blog que no había contado, y de la que puedo sacar la siguiente conclusión: el ambiente estricto (de oficina), en el que a veces no dejan a sus empleados ni entrar a Facebook, en el que se trabaja de 9 am a 6 pm, que uno no puede acostarse un rato a dormir después del almuerzo o en que, como me pasó a mí, no dejan proponer nada…Ese ambiente solo consigue coartar la creatividad, la imaginación y la inspiración.


No estoy en contra de trabajar para una empresa o en una oficina. Ese no es el punto. Y si, de hecho, yo tuviera una empresa lo último que quisiera sería empleados queriendo renunciar. Más bien de lo que estoy en contra es de ambientes represivos que se resisten al cambio y que no reconocen que las buenas ideas vienen desde abajo. Ahora bien, si esas ideas brillantes las podemos poner al servicio de otros cuando trabajamos para alguien, ¿por qué no empezar a cultivar nuestras propias ideas en nuestro tiempo libre?

Imagen propiedad de Lauren Finkel