Con un partido en Montevideo entre Danubio de Uruguay y Olimpia de Paraguay se dio inicio la semana pasada al segundo torneo de fútbol más importante del continente: la Copa Bridgestone Sudamericana. El turno ahora le corresponde a Millonarios de Bogotá, equipo del que me he declarado hincha desde los inicios de este blog. El primer choque de los embajadores será contra Inti Gas de Perú, equipo clasificado a esta copa por haber obtenido el puesto número 7 en la primera división del Fútbol Peruano durante 2011, una obligación por tanto para los azules superar esta primera fase si tenemos en cuenta que fue campeón de uno de los torneos oficiales de la División Mayor del Fútbol Profesional Colombiano durante el último año. Con el equipo ya en Ayacucho, vale la pena repasar los antecedentes del equipo más veces campeón de Colombia previo al inicio de la competición.
El equipo bogotano viene de derrotar a comienzos de esta semana a Independiente Santa Fe, que además de ser su rival de patio desde hace más de 60 años es el campeón actual de Fútbol Colombiano, un aire de motivación suficiente para dejar atrás el sabor amargo que dejó la salida de Humerto Osorio Botello a solo unas horas del partido más importante de los azules en lo que va corrido del año, episodio similar al ocurrido durante la Copa Sudamericana 2007, cuando WIlman Conde, uno de los jugadores más importantes del equipo en la última década, debió partir por una cláusula que había en su contrato. En aquella oportunidad Millonarios se pudo reponer a tiempo llegando a dejar en el camino a Atlético Nacional de Colombia, a Colo Colo de Chile y a Sao Paulo de Brasil, alcanzando un memorable tercer lugar en la competición.
En la memoria de todos los hinchas azules quedará el día en que Millonarios derrotó en su casa al entonces campeón del Fútbol Colombiano y eterno rival, Atlético Nacional
Previo a este tercer lugar y al título de la Copa Colombia del año pasado, lo único que ha conseguido Millonarios en casi dos décadas, hay más cosas para olvidar que para recordar. Corría el año 2004 y el equipo enfrentaba la peor crisis institucional de su historia, hasta el punto que estuvo a punto de desaparecer. En vez de eso, debió entrar a Ley de Quiebras y jugar los campeonatos de ese año con juveniles de la cantera con Héctor Burgues y Bonner Mosquera, quedando en las últimas posiciones del torneo de ese año, saliendo en primera ronda de Copa Sudamericana y perdiendo un punto en el escritorio por la irregular inscripción de un jugador.
Afortunadamente el equipo logró salir a flote, consiguió buenos patrocinadores, buenos jugadores y en algún momento, con Juan Carlos Osorio como técnico, hubo un proyecto deportivo serio pensando a mediano plazo en jugadores propios y patrimonio del equipo, lo cual finalmente se fue todo a la basura cuando los hinchas nos dimos cuenta de que quienes seguían manejando los hilos de la institución eran los herederos del narcotráfico de los años 80. Enhorabuena apareció la Ley de Fútbol y toda esta gente, García, López, el Gobierno y compañía, debió entregar su participación y salir por la puerta de atrás. Con esto se cerraba hace algo más de un año un capítulo y comenzaba uno nuevo con otra administración que por ahora ha demostrado más resultados deportivos y financieros que la anterior: dos semifinales y un título de Copa.
Que esta Copa Sudamericana sirva para volver a sonar entre los grandes del continente como fue costumbre hasta la década de los 90.
Buen momento para recordar uno de los últimos goles de Millonarios en Copa Libertadores
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Buen partido el que se viene