Aeropuerto de Florianópolis
Al post de hoy le vengo dando vueltas desde hace varios meses. Hace un tiempo comencé a cuestionarme sobre cómo había cambiado Brasil desde que llegué en 2014 hasta los días de hoy. Sin referirnos exclusivamente al tema de la pandemia, Brasil ya venía sufriendo cambios acelerados, más exactamente desde el año 2013, tema que expliqué cuando escribí aquí sobre vivir en el Brasil de Bolsonaro.

En ese post abordé muchas cuestiones políticas que ayudan a entender el Brasil de hoy en pleno 2020, pero no hablé nada de mi experiencia personal, como sí lo había hecho en otros posts anteriores (aquí pueden leer todos los posts que he escrito sobre Brasil).

En esta oportunidad, me inspiré a escribir por un vídeo de Christian de Platzi, en el que cuenta su experiencia personal sobre por qué decidió vivir en San Francisco y hace una reflexión a partir del hecho de que hoy no podamos vivir las ciudades como estábamos acostumbrados.



Entonces: ¿por qué decidí vivir en Brasil? Para quienes llegan a este blog por primera vez, quisiera comenzar aclarando que soy colombiano, nacido en Bogotá, donde viví desde que nací en 1990 hasta comienzos de 2014, el año en el que me vine a vivir a Brasil. Antes de eso, nunca había puesto un pie aquí, pero sí que conocía mucha gente que ya había vivivo o tenía amigos que eran de aquí, y nunca escuché un solo comentario negativo sobre Brasil.

Para 2013 yo tenía una idea que aún sostengo de que el mundo es demasiado grande y mi ciudad, demasiado pequeña, como para vivir en el mismo lugar para siempre. Adicional a esto, siempre me sentí cómodo viajando y aprendiendo otros idiomas. Es claro que yo aquí no estoy viajando, sino viviendo, pero el punto es que la idea de movilidad estuvo en mi cabeza desde muy joven (historia completa en el Acerca De del blog).

Para el año 2012 yo terminaba la universidad en Colombia y tenía clara esa idea de irme del país a vivir en Brasil. Fue cuestión de hablar con mucha gente, investigar todo lo que tenía que hacer e identificar oportunidades laborales y académicas a las que no iba a tener acceso si seguía en Colombia. Quería hacer una maestría por fuera del país. En lo posible, conseguir un trabajo.

Oportunidades laborales en Brasil


Sin saber portugués todavía, de las primeras cosas que investigué sobre Brasil era que, al tratarse de un país con tamaño continental, hoy con 209 millones de habitantes y su propia lengua, era normal que grandes compañías establecieran sus operaciones en Brasil antes de expandirse para el resto de América Latina. Brasil tenía 1/3 de la población de toda la región, lo que representaba un mercado gigante de oportunidades, pensaba yo.

Al día de hoy son varias empresas solo de tecnología que abrieron en Brasil su primera o principal oficina en América Latina, como es el caso de Apple, Google, Amazon, Facebook, Twitter o Mercado Libre, que tienen en Brasil su mayor mercado de la región. Cuando esto sucede, se crea todo un ecosistema de otras empresas de menor porte que giran a su alrededor. En este post me estoy enfocando en empresas de tecnología y publicidad, que son las áreas en las que actúo, pero se trata de una regla que con toda seguridad aplica de forma similar a otras industrias de las cuales no voy a hablar acá.

En el caso de Amazon o Mercado Libre, que son empresas extranjeras, Brasil tiene competidores locales, como es el caso de Magazine Luiza, Dafiti o Casas Bahía. Es decir, el ecosistema de empresas que vienen de afuera se complementa con ofertas locales. Es similar el caso de otras empresas de Internet como Facebook, Twitter o Google, que acaban siendo muy cercanas a las mayores agencias de publicidad y anunciantes del país. Al final, Brasil representa sus mayores ingresos en toda la región.

Y tenemos también todo el ecosistema de fintech, del que Nubank es su mayor exponente (hablé sobre este tema aquí). Si Nubank fue el primer banco digital que masificó el uso de tarjetas de crédito sin costos mensuales/anuales, antes solo tenían derecho a esto los clientes que más gastaban con sus tarjetas en los bancos tradicionales. Hoy Nubank lo ofrece a todos sus clientes, a lo que los demás bancos tuvieron que adaptarse. Con el tiempo otros bancos más tradicionales como Itaú o Santander acabaron lanzando sus propias tarjetas de crédito sin costos adicionales. Es decir, incentivaron la libre competencia y esto beneficia a los consumidores.

Con Nubank vinieron detrás otras empresas que venían dispuestas a quedarse con una parte del mercado de pagos digitales, como es el caso de PicPay, que permite pagos vía códigos QR, Mercado Pago de Mercado Libre, Banco Original, un banco sin oficinas físicas, Pagseguro de UOL, que tiene su propia plataforma de pagos online y offline, Acesso Card, que tiene tarjetas de crédito prepago o el hecho de que Brasil haya sido el primer mercado de la región en el que se probó Apple Pay o pagos vía WhatsApp.

Como podemos imaginar, en la última década se abrió un mercado muy grande cuando hablamos de tecnología, publicidad y pagos, sin contar los avances que se estén haciendo en otras industrias. En su momento yo no tenía el nivel de detalle de lo que iba a pasar en los años siguientes a 2012 en Brasil (nadie lo sabía), pero sí sabía que había un mar de oportunidades si lograba venir para acá.

En efecto, cuando ya estuve en Brasil entré a trabajar en una de las industrias arriba mencionadas, de forma muy cercana a Facebook, por lo que pude ver el crecimiento que tuvieron Facebook e Instagram entre 2015 y 2020 en la región. Algunas de las cosas que me ayudaron a entrar en este mundo fueron el idioma (del que hablaré más adelante), saber español e inglés, haber trabajado con temas relacionados cuando estaba en Colombia y siempre interesarme por saber más sobre cómo estaba evolucionando la comunicación.

Al momento de escribir este post, llevo 4 años trabajando en una empresa que desarrolla software para anunciantes de Facebook. Hoy Facebook es uno de los temas sobre los que más escribo aquí en el blog, y tengo un grupo en Facebook para ayudar a anunciantes con preguntas y respuestas.

Oportunidades académicas en Brasil


Antes de todo lo arriba mencionado, el motivo por el que yo acabé llegando a Sao Paulo en 2014 estuvo más relacionado con el mundo académico, que con el ámbito laboral. Mi meta en ese momento era hacer una maestría, y lo que se se sabía de Brasil hasta 2012 era cómo el país había crecido a lo largo de la última década. Con Brasil estando en mejores condiciones económicas que los demás países de la región, se ofrecían muchas becas para venir a Brasil. Era una forma que tenía el país de traer mano de obra cualificada, pues mucha de la gente que venía se acababa quedando, consumiendo productos, pagando impuestos y trabajando. Y todo eso es lo que hace que la economía se mueva.

Mi primer plan, antes siquiera de querer venir a Brasil, era hacer una maestría por fuera de Colombia. Yo ya sabía inglés, francés y portugués lo aprendí desde ceros en esa época. Lo primero de lo que yo me enteré fue un programa de becas de la OEA para ciudadanos no brasileros. A ese programa apliqué dos veces sin éxito, pero entendí la lógica detrás de las becas y me sirvió para aplicar más adelante a otros programas.

Es importante entender aquí que una maestría o un doctorado son programas de investigación equivalentes a un trabajo. Una institución o un Gobierno le pagan a uno los estudios a cambio de que uno se dedique de tiempo completo a una investigación que esté siendo hecha por la universidad. Por eso no hay becas para estudiar inglés, porque uno no estaría haciendo ninguna investigación.

Bajo este panorama, apliqué dos veces más y entonces fui aceptado por una beca de la ESPM para estudiar comunicación y prácticas de consumo. Hice una tesis sobre los discursos del consumo en blogs de viajes, tema del que hablé en otro post. Pero para llegar hasta aquí tuve que aprender portugués, haberme involucrado con temas de investigación desde el pregrado y escribir un proyecto de lo que quería estudiar dentro del programa, así como encontrar una relación entre lo que ya estaba siendo estudiado por el programa y lo que yo quería investigar. Pasé por un proceso selectivo con prueba escrita y me entrevistaron.

Con esto, y después de varios intentos, pude ingresar al programa, obtener una beca y venir a Brasil por lo menos durante 2 años. Llegué en 2014 y presenté mi tesis de investigación en 2016. Para entonces no tenía ningún plan de si me iba a quedar o si me iba a devolver. Vine abierto a ver qué pasaba.

Pueden saber más sobre mi tesis de maestría en el siguiente enlace:

Idioma y cultura: qué tan difícil es aprender portugués


Debo aclarar que cuando hablamos de oportunidades laborales y académicas, como menciono más arriba, parto de mi propia experiencia personal, y esta no aplica por igual para todo el mundo. Lo que pretendo es transmitir a otras personas lo que funcionó para mí, y que cada uno saque sus propias conclusiones de lo que sirve y de lo que no. Dicho esto, lo que va a hacer toda la diferencia en Brasil es saber portugués. Puede sonar obvio, pero es mejor dejarlo claro desde ya.

El tema es que, si estás leyendo esto, seguramente tengas un español nativo y tengas dudas sobre qué tan difícil es aprender portugués. Al final, el español y el portugués son de la misma familia y tienen muchas cosas en común, tanto en la gramática, como en el vocabulario.

A este tema le dediqué un post completo, y una de las conclusiones a las que llegaba era que aprender portugués era más fácil

  • Si conocíamos muy bien la gramática del español,
  • Si estudiábamos la cultura local y
  • Si podíamos hablar con alguien para practicar.
Una de las mejores formas de estudiar un idioma es aprendiendo sobre la cultura local, que por lo general de lo que hablan las personas y que circula por los medios de comunicación: radio, televisión, revistas, literatura, música, etc. Y algo muy curioso que pasa con Brasil es que, con excepción del fútbol y el carnaval, poco se conoce de su cultura en el resto de América Latina. Al final, el idioma acaba siendo un fuerte muro de resistencia que impide que la cultura vaya de un lado a otro.

La forma más rápida de aprender portugués es la que yo seguí: tomar un curso intensivo con profesor y estudiar mucho por cuenta propia. También es posible irse al país e intentar aprender en el día a día, pero el problema de esto es que nadie te va a explicar temas de gramática o vocabulario como lo haría un profesor. Un punto intermedio sería buscar un profesor que nos dé clases por Skype, pero acaba siendo más caro si uno quiere avanzar rápido. La forma más lenta de aprender un idioma quizás sea con una aplicación de celular porque uno no tiene cómo practicar con alguien, que al final del día es lo que hace toda la diferencia.



Mientras estemos aprendiendo el idioma, vale la pena darle una mirada a la historia reciente del país y por qué no a la historia desde que los portugueses llegaron al continente. A propósito, ¿ustedes saben la respuesta a alguna de las preguntas de abajo?

  • ¿Por qué el resto de América Latina se separó en muchos países pero Brasil no?
  • ¿Cómo el Imperio Portugués era diferente del Imperio Español?
  • ¿Por qué Brasil fue el último país en abolir la esclavitud?
  • ¿Por qué Brasil, Uruguay y Argentina enfrentaron a Paraguay en la mayor guerra de la historia de América del Sur? Ver vídeo de arriba.
  • ¿Sabían que Brasil le declaró la guerra a Alemania y envió tropas a Europa durante la segunda guerra mundial?
Yo no tenía la más mínima idea de nada sobre estos temas ni siquiera cuando ya vivía aquí, y abordarlos me llevaría por lo menos un post para cada uno. Una forma complementar de estudiar un idioma es leyendo textos de historia o viendo documentales. Así que estos son unos buenos puntos de partida, así sea en la Wikipedia o en Quora en Portugués.

La cultura del fútbol


Este no sería el motivo más importante para irse a vivir a otro país. Sería un plus, y es que a quienes nos gusta el fútbol siempre vamos a querer hablar con alguien sobre el tema. Yo en Colombia soy hincha de Millonarios y aquí en Brasil no soy hincha de ningún equipo, pero tengo amigos de todos los equipos, y con todos siempre tenemos un tema de conversación, inclusive con desconocidos en la calle. Esto no pasaría si viviera en Estados Unidos, Canadá, Irlanda, Japón, etc., países que no tienen una cultura del fútbol en su ADN.

La cultura del fútbol en Brasil es tan fuerte, que las primeras preguntas que se hacen cuando uno conoce a alguien es de qué hincha es, qué equipo le gusta. Y la respuesta siempre va a tener un millón de historias para contar, así sean equipos rivales. Los equipos de Sao Paulo que todo el mundo conoce son:

  • Corinthians
  • Palmeiras
  • Sao Paulo
  • Santos
  • Juventus
  • Portuguesa
Hay más equipos. Hay 3 divisiones del campeonato paulista, pero lo interesante es que en mi caso todo el mundo tiene una referencia ya sea de un jugador que estuvo en Millonarios (Neto de Corinthians jugó en Millonarios en los años 90), en la selección Colombia (Asprilla, Rincón, Yerri Mina), partidos históricos como la final de la Libertadores de 1999 entre Palmeiras y Deportivo Cali o cuando Once Caldas eliminó a Sao Paulo y a Santos en la Libertadores de 2004 cuando quedó campeón contra Boca Juniors.

El propio Millonarios tiene sus propias historias. Eliminó a Sao Paulo y a Palmeiras en Copa Sudamericana. Jugó contra Corinthians en sus dos últimas participaciones de Copa Libertadores, ganando en una ocasión en el estadio de Itaquera en Sao Paulo.


Y eso me gusta mucho. A mí me gusta el fútbol. No sigo todos los campeonatos ni suelo ver partidos, pero sí si son de mi equipo o si me invitan a ver uno con amigos. Y aquí me siento muy bien respecto a esto.

Costo de vida: cuánto cuesta vivir en Brasil


En un post que publiqué aquí en 2018, hablé específicamente del costo de vida de la ciudad de Sao Paulo, una de las ciudades más caras del país y de América Latina. A nivel Brasil, tenemos también a Brasilia y Rio de Janeiro como ciudades muy caras para vivir. En seguida tendríamos las demás capitales: Curitiba, Florianópolis, Porto Alegre, Belo Horizonte, Fortaleza, Recife, etc.

Algunas de las cosas que debemos de tener en cuenta al momento de hablar de costo de vida es que en el caso de Brasil el sur y el sudeste están mucho más desarrollados que el norte y el nordeste del país, y esto nos va a dar una idea de qué ciudades son más caras que otras, aunque debemos tener en cuenta también que las capitales tienden a tener costos de vida altos cuando las comparamos con las ciudades satélite a sus alrededores o ciudades menores del interior.

También vale la pena tener claro que la moneda en Brasil es el real, y es válido tener como referencia otra moneda para comparar costos de las cosas. En mi caso mis referencias son el dólar, el euro y el peso colombiano. Utilizo una aplicación llamada XE Currency para hacer conversiones al cambio del día, y por ejemplo cuando escribí el post del costo de vida en Sao Paulo el cambio era de $ 1 dólar para R$ 3,00 reales aproximadamente. Hoy es más de R$ 5,00, pero curiosamente los costos de los productos en real no han subido de precio de forma tan agresiva cómo pasó con el dólar en el primer semestre de 2020.

Algunas de las cosas que vale la pena investigar antes de ir a alguna ciudad cuando hablamos de precios son las siguientes. A continuación dejo como referencia algunos costos de la ciudad de Sao Paulo para el año 2020.

  • Vivienda/Arriendo: R$ 600 – 1.500 / mes por un cuarto
  • Transporte: R$ 4,40 una entrada al metro o autobuses
  • Comida: R$ 30 por un almuerzo
  • Mercado: R$ 500 al mes
  • Ropa: R$ 120 una camisa
  • Libros: R$ 40 por libro sin ser recién lanzado
  • Cine: R$ 35 – 40
  • Cervezas y bebidas: R$ 15 por 600ml en un bar
  • Uber: R$ 10 por distancia mínima
Cuando vine a Brasil no investigué en detalle cuánto costaban las cosas, pero si hoy lo tuviera que hacer intentaría dos cosas: existen grupos en Facebook con brasileros (Brasileros en Bogotá) o de Colombianos en Brasil. Creo que aquí valdría la pena preguntar. La otra opción es buscar un conocido: amigo de amigo y preguntarle directamente.

Ciudades para vivir en Brasil

Escoger una ciudad para vivir no es fácil. Decidir irse de donde uno está ya es una decisión compleja, y para el caso de Brasil, a pesar de tratarse de un país tan grande, no todo el país tiene el mismo nivel de desarrollo y calidad de vida infelizmente.

Si con la información que yo tengo hoy tuviera la posibilidad de escoger un lugar para vivir, yo tendría en cuenta varios factores que en su momento ignoré. En su momento consideré apenas las oportunidades laborales y académicas, como mencionaba más arriba, pero hoy pensaría también en:

  • Seguridad
  • Transporte público
  • Si tiene playa
  • Clima
  • Acceso a otras ciudades
Como mencionaba más arriba, el sur y sudeste del país están más desarrollados, y es en estas regiones donde se concentran las oportunidades laborales, más específicamente en los estados de

  • Sao Paulo
  • Rio de Janeiro
  • Minas Gerais
  • Paraná
  • Santa Catarina
  • Rio Grande do Sul
Más hacia el centro-oeste, norte y nordeste del país el acceso a oportunidades va a ser más difícil. En el mejor de los casos, algunos estados concentran gran actividad en el área del turismo. Dicho esto, para vivir en una región con estas características sería mejor hacerlo en una capital. Al final, capital va a tener siempre más oportunidades que el interior de un Estado:

  • Fortaleza (Ceará)
  • Recife (Pernambuco)
  • Salvador (Bahía)
  • Natal (Rio Grande do Norte)
  • Manaus (Amazonas)
  • Brasilia (Distrito Federal)
La diferencia entre el primer grupo de estados y este segundo grupo de ciudades es que en el primero es más probable encontrar ciudades satélite alrededor de las capitales donde la infraestructura y la calidad de vida será similar a la de la capital. En el segundo grupo esto es más difícil justamente porque hay menos actividad económica.

De hecho, en una lista publicada por el sitio Brasil, Más Que Fútbol en el año 2013, 28 de las 50 mejores ciudades para vivir, de acuerdo con índices de educación, renta y expectativa de vida, se encontraban en el Estado de São Paulo; 11 en Santa Catarina. Ninguna de las ciudades se encuentra en el norte o nordeste del país. No encontré un listado más reciente.

Vivir en el Brasil de Bolsonaro: coronavirus y fascismo


A este tema le dediqué una entrada que pueden leer aquí, pero no podía dejar de lado este asunto en este post, pues Bolsonaro le ha venido dando forma a cómo Brasil es percibido por el resto del mundo, y como mencionaba en ese post, no se trata de un fenómeno iniciado desde las últimas elecciones, sino desde 2013 cuando, 1 año antes de la Copa del Mundo, Brasil recibía la Copa Confederaciones y se iniciaron una serie de protestas que tiempo más tarde acabarían en un proceso de impeachment contra la ex presidenta Dilma Rouseff y la posterior elección de Bolsonaro como presidente. ¿Qué cambió desde entonces?

Cuando llegué a Brasil la primera vez en el primer semestre de 2014, estábamos muy al inicio de ese proceso. Rouseff se reeligiría para un segundo mandato hacia el final de ese año. Yo hoy reconozco que el hecho de yo estar en Brasil fue debido a la inversión que los Gobiernos de la época hicieron en las áreas de investigación y desarrollo, más específicamente para financiar investigaciones en universidades. Al final del día, esas investigaciones son adelantadas por cuerpo docente y alumnos de los programas de maestría y doctorado, de los cuales yo acabé siendo parte.

Si yo conseguí una beca, fue porque esas oportunidades estaban abiertas y se conocían desde afuera de Brasil, pero si en pleno 2020 yo intentara hacer lo mismo, seguramente no lo lograría, pues con el tiempo el Gobierno Temer (que reemplazó a Dilma Rouseff) y el Gobierno Bolsonaro fueron golpeando a las universidades, tanto simbólica como económicamente.

Con golpe simbólico me refiero a todas las declaraciones de Bolsonaro y sus ministros de educación en las que se pone en duda el papel de las universidades para el desarrollo del país. Según ellos las universidades solo albergan drogadictos y no producen conocimiento. Y cuando producen conocimiento, desprecian el papel de las ciencias sociales. Según el ex Ministro Abraham Weintraub, la filosofía, la antropología y la sociología no sirven para nada.

Un golpe económico vendría siendo cuando en 2017 el Gobierno Temer impone con ayuda del Congreso un techo de gastos durante los próximos 20 años, lo que significa que el Gobierno no podrá invertir más que el año anterior, ajustado a la inflación. Es decir, los gastos en educación, investigación y desarrollo se congelan durante 20 años. Ya en el Gobierno Bolsonaro, hubo un momento en el que el Gobierno Central bloqueó el presupuesto con el que funcionan las universidades públicas. Hace unas semanas, el Ministro de Economía Paulo Guedes proponía retirar recursos de la educación para financiar la pandemia, pero salió derrotado en el Congreso.

Todos estos golpes no se hubieran dado en los Gobiernos Lula y Dilma y es por eso que yo hoy pienso que si intentara venir a Brasil bajo las actuales circunstancias sería imposible, pues las puertas se han ido cerrando para quienes quieren hacer una maestría o doctorado en Brasil.

Ya saliéndonos del campo de la educación, no es muy diferente el ambiente político. Hace pocas semanas Brasil llegó a la cifra de 100.000 muertos por COVID-19. El presidente parece no tener ningún plan, más que sacar provecho político del momento, buscándole pelea a Gobernadores que hacen lo que pueden sin la ayuda del Gobierno central.

Hoy vivir en Brasil es estar dentro de un ambiente muy hostil. Un Gobierno que odia a los indígenas, a los negros, a las mujeres, a la comunidad LGBT y al Estado Laico. A veces yo mismo siento que podría ser objetivo de ataques por no ser de aquí. Viendo lo que pasa con otras minorías, es normal vivir con ese temor. Yo tengo la suerte de que a mí nunca me haya pasado nada y que soy hombre blanco. Si no abro la boca, nadie se entera de que no soy de acá. Pero no podemos ignorar que el ambiente se ha ido volviendo cada vez más hostil de 2013 para acá.

Lo que estamos viendo hoy en Brasil son ataques para destruir la reputación de quienes están en contra del Gobierno. ¿A qué nos referimos con destruir la reputación? Se trata de que, cuando es imposible vencer a alguien por la vía de la palabra y los argumentos (los seguidores de Bolsonaro nunca ganan un debate), van a inventar hechos que nunca pasaron para desacreditar a la persona. A Felipe Netto, el influencer más popular en Brasil, le inventaron historias de pornografía infantil por haber ido al New York Times a exponer lo que estaba pasando en Brasil (vídeo abajo con subtítulos en inglés). Jean Wyllys renunció a su cargo como diputado porque cumplía con dos condiciones que no le caen bien a los Bolsonaro: ser negro y gay (además escupió a Bolsonaro). A Marielle Franco, una concejal negra en Río de Janeiro, perteneciente a la comunidad LGBT, la mataron.



Y ese es el temor de muchos hoy: tener un mínimo de visibilidad y ser contrario al actual Gobierno, que en algún momento quieran acabar con la reputación o con la vida de más gente que solo está levantando su voz. Al final, como hemos mencionado antes, el Gobierno Bolsonaro cumple con varias características de un gobierno fascista, según las cuales existe una idea mítica de país ideal al que solo los enemigos de la patria se oponen. Y todos los enemigos han de ser exterminados, como hizo Hitler con los judíos o Mussolini con los comunistas. Hoy sabemos que en el caso de Brasil los más golpeados son los indígenas y la tercera edad, y oh sorpresa, las pensiones de la tercera edad representan una carga fiscal para el Brasil del Bolsonaro.

Tampoco podríamos dejar pasar desapercibido el hecho de que en mayo pasado Bolsonaro propuso a sus ministros cerrar la Corte Suprema y reemplazar a sus miembros con militares y civiles. Bolsonaro nunca lo desmintió.

Conclusión: ¿por qué sigo viviendo en Brasil?


Brasil ha cambiado mucho en la última década y desde cuando se me ocurrió la idea de venir a vivir aquí. Vine porque quería ir a otro país a hacer una mestría y Brasil me abrió las puertas en su momento. Quería conseguir un trabajo y eso también me lo permitió Brasil. Solo por esto, yo soy muy agradecido con este país y lo que intento todos los días es construir algo mejor por más obstáculos que nos pongan a los que somos y pensamos diferente. Por eso sigo viviendo en Brasil: por la idea de construir un país mejor, un mundo mejor.

Parte de lo que intento con este blog es hablar de lo bueno y de lo malo que pasa en Brasil, así como hablo sobre otros temas también. Lo que busco con este tipo de escritos es que más gente de fuera de Brasil se lleve una idea de cómo son las cosas por aquí, visto con los ojos de una persona común y corriente nacida en otro país. Y si con este post puedo ayudar a alguien que quiera vivir en Brasil, entregándole información útil, voy a estar feliz. Mucha de la información que traje en este post busca llenar los vacíos que yo en su momento no sabía que me iba a encontrar.

Ahora con la pandemia y bajo el Gobierno Bolsonaro estamos en medio de una tormenta, pero hay esperanzas de que las cosas mejorarán más adelante para todos.

Y ya que leyeron hasta aquí, los invito a seguirme en Twitter (@daniel_afanador), en Instagram (@daniel_afanador), a escribirme desde el formulario de contacto o a comentar aquí abajo. Saber que los contenidos de este blog ayudaron a alguien son el combustible para seguir escribiendo.